En la ciencia ficción, el término “cyborg” se emplea para referirse a todo aquel organismo cibernético. Usualmente eso se traduce en un humano que es, en parte, una máquina.
En diferentes filmes y libros de ciencia ficción, los cyborgs se asocian con robots, aunque esto no es del todo correcto. Cada concepto responde a una definición y origen distinto. Un robot, por ejemplo, es un mecanismo no vivo que fue diseñado para atender las órdenes que se le indiquen; mientras que un cyborg es un ser vivo que, en tanto humano, piensa por sí mismo y puede tomar decisiones a placer.
Estrictamente, la Real Académia de la Lengua Española define a un cíborg como un ser formado por materia viva y dispositivos electrónicos, razón por la cual han resultado tan atractivos para protagonizar historias en diferentes filmes y libros, y cuyo concepto seguramente seguirán explotando.
Como ejemplo podemos mencionar la película “La Liga de la Justicia”, próxima a estrenarse, en la que uno de los personajes principales, llamado Victor Stone, alías “Cyborg”, es infectado por un virus espacial-informático que lo convierte en un hombre-máquina.
Pero en la vida real, fue Manfred E. Clynes quien acuñó (a mediados del siglo pasado) el significado de esta palabra tal como la utilizamos hoy. De acuerdo con este científico, “un cyborg es un sistema hombre-máquina en el cual los mecanismos de control de la porción humana son modificados de manera externa por medicamentos o dispositivos de regulación para que el ser pueda vivir en un entorno diferente al normal”. En pocas palabras esto quiere decir que cualquier persona que use un dispositivo electrónico-informático integrado como una parte de su cuerpo se convierte en un cyborg.
De acuerdo a lo anterior, en esta categoría entrarían las personas que utilizan prótesis robotizadas o hasta dispositivos que les permitan hacer cosas que antes no podían, como ver a color o caminar.
¿Robot, androide o cyborg? Con los avances de la tecnología se hizo necesario crear categorías para definir los diversos tipos de desarrollo de acuerdo a sus características físicas.
Es por ello que existen definiciones y discusiones respecto a lo que es un robot, un androide y un cyborg. Básicamente, el primero, como ya se mencionó, solo es una máquina que obedece órdenes; por otro lado el androide es un robot que imita tanto en apariencia como en capacidades a los seres humanos; por último, un
cyborg es un humano que emplea tecnología para sustituir alguna extremidad o mejorar sus sentidos y capacidades.
Tomando en cuenta lo anterior un ejemplo de cyborg sería Nigel Ackland. Este hombre trabajaba como fundidor de metales preciosos, hasta que, hace cinco años, tuvo un accidente al manejar una licuadora industrial que le aplastó y casi arrancó su brazo derecho. Aunque por seis meses se sometió a varias operaciones para poder recuperarlo, se llegó a la conclusión de amputar.
Inicialmente Ackland utilizaba una mano pasiva solo por una cuestión estética, ya que no podía moverla. Su segunda prueba fue una pinza, la cual funcionaba con el movimiento de su cuerpo, pero solo le permitía abrir y cerrar.
Poco tiempo después, se le proporcionó un brazo electrónico llamado bebionic v2, el cual se conecta a su brazo y nervios, por lo que él mismo puede controlarlo con su mente, esto significa que es capaz de realizar tareas cotidianas con normalidad, como son conducir, teclear, lavarse las manos, tomar un cubierto y comer.
Actualmente Nigel Ackland se dedica a impartir charlas sobre cómo este dispositivo cambió su vida, en ellas menciona: “me siento humano otra vez, con la mano robótica puedo tomar lo que sea, incluso puedo hacer señas, esto me ayuda mucho psicológicamente. El dispositivo no solo se parece a un brazo humano, si no que puedes sentirlo como si fuera tu extremidad, como si fuera una mano real”.