Redacción
Esta es una de las preguntas más importantes de la astrofísica y la cosmología modernas. De la cantidad de agujeros negros existentes podría depender la evolución futura del universo.
La cuestión ha sido abordada recientemente por el equipo internacional de Alex Sicilia, de la Escuela Internacional Superior de Estudios Avanzados (SISSA, por sus siglas en italiano) en Italia.
Los agujeros negros son acumulaciones de materia increíblemente comprimida, en las que la gravedad es tan fuerte que impide escapar incluso a la luz. Todo lo que cae dentro de un agujero negro ya no vuelve a salir.
Uno de los dos tipos más comunes de agujeros negros es el de los que tienen masas de entre una decena y varios centenares la del Sol. Estos agujeros se forman cuando las estrellas de gran masa (mayor que la del Sol) explotan como supernovas.
Otra clase común es la de los agujeros negros con masas enormes, que pueden llegar a varios miles de millones de veces la del Sol. Estos se encuentran en las profundidades de los núcleos de casi todas las galaxias, y su origen no está claro, aunque se ha venido suponiendo que en su día fueron pequeños agujeros de la otra clase y que han estado absorbiendo desde entonces cantidades ingentes de materia hasta llegar a las masas extraordinarias citadas.
La tercera clase es la de los agujeros negros de masa mediana, mayor que la de los estelares pero menor que la de los situados en los centros galácticos. Extrañamente, son pocos los agujeros negros de esta clase identificados.
Los autores del nuevo estudio han investigado la “demografía” de los agujeros negros que tienen masas de entre una decena y varios centenares de veces la del Sol.
Según la nueva investigación, una cantidad notable (alrededor del 1%) de la materia ordinaria (bariónica) del universo está atrapada en agujeros negros de masa estelar.
Los investigadores también han logrado obtener una estimación de la cantidad de agujeros negros que hoy en día existen en el universo. Según esta estimación, la cantidad es de unos 40 trillones (40 millones de millones de millones, o un “4” seguido por 19 ceros).
El estudio, que es el primero de una serie, se titula “The Black Hole Mass Function Across Cosmic Times. I. Stellar Black Holes and Light Seed Distribution”. Y se ha publicado en la revista académica The Astrophysical Journal.