Pese a las amenazas de Canadá de abandonar las negociaciones del TLCAN si es necesario, el limitado éxito que ha tenido en diversificar sus exportaciones hace que la nación dependa demasiado de los mercados estadounidenses como para jugar rudo, opinaron fuentes del Gobierno y expertos.

Los negociadores de Canadá, México y Estados Unidos se reunirán el sábado en Ottawa para la tercera ronda de conversaciones sobre la modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y hay muchos temas complicados que falta abordar.

El presidente Donald Trump dice que él desechará el pacto a menos que se realicen grandes cambios. El mes pasado, Canadá sugirió que podría retirarse si Estados Unidos insistía en retirar un mecanismo clave de resolución de conflictos en el acuerdo comercial.

Pero personas con conocimiento del tema dicen que dejar la mesa de negociaciones sigue siendo una medida de último recurso para el Gobierno de Justin Trudeau. Estados Unidos representa un 75 por ciento de las exportaciones de bienes desde Canadá.

Si el TLCAN se eliminara, las exportaciones canadienses y mexicanas se sujetarían en teoría a un arancel de 3.5 por ciento aplicable a miembros de la OMC. Un estudio de Export Development Canada calculó que en ese escenario el PIB de Canadá bajaría en un 1.9 por ciento anual y se perderían muchos empleos.

Desde que el TLCAN entró en vigencia, en 1994, las cadenas de suministro se han vuelto tan integradas que las fronteras apenas existen, especialmente para sectores claves como la industria automotriz.

En el caso de México, que tiene una relación mucho más tensa con Trump que Canadá, sus representantes destacan que la mitad de sus exportaciones no están sujetas a las normas del TLCAN.

Expertos afirman que algunas firmas mexicanas optan por pagar aranceles de la OMC en vez de someterse a los complejos procedimientos para ingresar sin cargos sus bienes a Estados Unidos. La semana pasada, el canciller mexicano dijo que si el TLCAN se disolvía México fortalecería lazos con otros países.