Gabriela Márquez, como muchos otros mexicanos, salió de su casa tras el sismo a ayudar. Iba con una brigada, traía su mochila, pero “soy chiquita entonces no puedo cargar cosas”. Pero recibió una llamada, le dijeron “necesitamos manos que sepan de datos, de mapeo, de coordinación de datos y de limpieza”; para eso, Gabriela es una gigante.
A Stephan Keil le pasó algo similar. “El día martes y el día miércoles salí a la calle y me di cuenta que había mucha desinformación; de repente todo el mundo iba al mismo lugar y entonces saturaban las vías de comunicación y ya no podía llegar la ayuda a ningún lado. Y dije, ‘esto es un gran desorden, algo necesitamos hacer para canalizar la ayuda de manera verificada’, entonces me puse a investigar quiénes eran los grupos que estaban trabajando en organizar la ayuda”.
Ambos se sumaron a las brigadas de voluntarios en el Centro Cultural Horizontal, en el corazón de la colonia Roma, a unas cuadras de uno de los edificios caídos en Álvaro Obregón.
Ahí, más de un centenar de desarrolladores, diseñadores, economistas, matemáticos, internacionalistas, antropólogos y sicólogos se han reunido desde el miércoles y en cuestión de horas reaccionaron con una plataforma llamada #Verificado19S que verifica y organiza información para hacer más eficiente la respuesta ciudadana tras el sismo del 19 de septiembre.
Mapean en tiempo real dónde están los daños —los edificios caídos, las fugas de gas, los inmuebles dañados—así como los centros de acopio y albergues, coordinan labores logísticas para unir centros de acopio y transportistas, y lanzan alertas en redes sociales con información verificada y datos precisos sobre lo que se necesita y dónde.
“Hay dos capas de información, la primera es todo lo que tiene que ver con el mapa y los formularios, y es información sobre daños y centros de acopio (…) ahora ya tenemos ahí la información en tiempo real, tenemos más o menos 10 desarrolladores trabajando en esto coordinados por OPI y Cultura Colectiva”, explica Gisela Pérez, activista y abogada.
“En un segundo nivel, necesitábamos hacer lo que ahora estamos llamando ‘Calls to actions’, que son afiches que están saliendo a través de la cuenta de @horizontalMX y Artículo 19 (@Articulo19_ ) de lo que se necesita de forma urgente en cada lugar y cada 15 minutos cambia la necesidad (…) si ahorita, ahorita, ahorita encontraron a alguien vivo y necesitan arneses teníamos que tener un mecanismo para que la gente que tuviera ganas de ayudar pudiera llevar arneses”.
Por ejemplo a las 9:47 horas de 20 de septiembre hicieron un llamado en el que indicaban que se solicitaba una escalera de 10 metros y todo tipo de iluminación (lámparas, pilas, reflectores) en Ciudad Jardín, Calzada de Tlalpan 2191; aclaraban que no se necesitaban voluntarios. Desde el miércoles han mandado cientos de llamados similares, con información de monitores y contactos dentro de los propios centros de acopio y áreas de derrumbe.
“Al final este fue un problema de ‘tenemos mucho, ¿ahora a dónde lo mandamos?’, eso me encanta, que sea un problema de que tenemos de más pero no está bien distribuido, y no un problema de ‘pues ya no hay nada, a ver de dónde lo sacamos’”, señala Miguel Escalante, científico de datos.
“Todo esto nació como una forma de organización civil. Nos unimos entre varias organizaciones a través de contactos internos. Conforme fue avanzando la distinta generación de contenido, fuimos generando nuevas herramientas para que se pudiera hacer toda la parte de generación automática de información”.
Para nutrirse cuentan con diferentes fuentes, algunas oficiales como el Centro de Atención de Emergencias de la CDMX (C5) y la Estrategia Digital Nacional, pero también inyectan información de Waze; de bases de datos de Harvard y MIT, que están rastreando datos en las redes; y principalmente de la ciudadanía, que puede compartir sus reportes a través de formularios que lanzó el propio #Verificado19 y también están en decenas de grupos de WhatsApp donde gente en el terreno comparte información.
Esta información, a su vez, es verificada de manera telefónica y en campo, por redes de voluntarios de organizaciones como Tú Constituyente, Horizontal, Cultura Colectiva, Oxfam, OPI, Bicitekas, CartoCrítica, Vice, Social TIC y Data Cívica.
“Creo que la diferencia ahora y que ha sido muy interesante es esta capacidad de mi generación para organizarnos a partir de datos y de información y cómo internet ha sido una herramienta crucial en esto”, señala Gisela Pérez.
“Facebook no nos ha servido, por ejemplo, tiene que ser Twitter porque es información de catástrofe en tiempo real, y distintas herramientas y plataformas incluyendo Google, que además nos ha dado un apoyo enorme. Incluso el gobierno está usando nuestra base de datos como una de sus fuentes, porque es la base de datos más completa que hay”.
Google se sumó al trabajo con personal tanto en la propia sede de Horizontal como vía remota y ayudaron a armar una robusta arquitectura que involucra la entrada de los datos, su carga y limpieza, que luego cayeran a un repositorio y que desde ése se pudieran tomar y cargar al mapa. La tecnológica puso en marcha un Mapa de Crisis, una solución mucho más potente que Google My Maps, y que por primera vez se empleó en México en un ejercicio colaborativo, también dio su servicio de nube.
“Si tienes alguna habilidad en alguna emergencia, como ésta, yo pensaba que lo mejor que podía hacer era ir a dar despensas y donar (…) Lo mejor que hago es esto, que es análisis de datos, y con eso también se puede aportar, entonces que cada quien aporte su mejor habilidad para ayudar”, concluye Gabriela Márquez, científica de datos.