M. Hernández
El agua de los afluentes del Alto Atoyac disminuyó hasta 37% con respecto a 2013, como consecuencia del uso industrial del líquido, sobre todo por la explotación automotriz de las empresas alemanas instaladas en la región Puebla-Tlaxcala.
Esto, fue revelado por el Centro Fray Julián Garcés, durante el Segundo Foro Regional “Diálogo sobre la contaminación en la Cuenca del Alto Atoyac” organizado por el Conahcyt,ñ.
En colaboración con el Centro Fray Julián Garcés Derechos Humanos y Desarrollo Local, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y la Coordinadora por un Atoyac con Vida.
Coincidieron que la desarticulación entre las instituciones del medio ambiente en México y las instituciones de salud es uno de los problemas que se debe resolver si se quiere combatir la contaminación ambiental en las regiones.
Así como atender de manera integral, a la población víctima de enfermedades relacionadas con la contaminación de los ríos, como sucede a lo largo del Alto Atoyac, señaló la investigadora Fabiola Lara Espinoza.
Resaltando la necesidad de “generar agendas de trabajo que ayuden a subsanar esta desarticulación”.
En el foro, señalaron que a cinco años de la recomendación de la CNDH y a dos del primer foro regional, el problema en la cuenca sigue siendo grave con un alto grado de revictimización de la industria comunitaria.
En la región persiste la descoordinación entre los estados, programas y planes incompletos que no miran el avance de las comunidades en la visibilización del problema y las soluciones para el saneamiento que van del cambio de la dinámica económica de la zona hasta programas de salud y vigilancia de la industria.
“Lo cierto es que las comunidades no han sido atendidas, se agravan los problemas ambientales, de salud y de trastocamiento del tejido social, con esto, persiste el reclamo por el incumplimiento de la propuesta comunitaria para el saneamiento integral de la cuenca derivado de la recomendación 2017”, dijo.
Sin embargo, reconocieron que los dos nuevos diagnósticos realizados por el gobierno federal dan un poco de esperanza, aunque eso no quiera decir que en automático se reconozcan y resuelvan los problemas, acotó Emilio Muñoz Berruecos del Centro Fray Julián.
Las organizaciones señalaron que los indicadores de impacto deben ser la reducción de la contaminación industrial y la mejora de la atención a la salud, así como la disminución de las muertes que se relacionan.
De ese modo, el primer balance realizado durante la primera jornada de trabajo del foro regional refiere que poco se ha avanzado en la articulación institucional Puebla-Tlaxcala para dar respuesta a la devastación socioambiental, el diálogo con las comunidades y un plan de saneamiento integral
“Desafortunadamente en el año que ha transcurrido desde el primer foro, se han profundizado las causas que generan esta devastación socioambiental en la cuenca”.