MUNICIPIOS INCUMPLEN EN SEGURIDAD
LOURDES ROMERO
Comienzo mi comentario de esta semana señalando que, a más de un mes de iniciar funciones, algunos presidentes se pasan de listos.
Sí. Ciertos ediles usan de pretexto el inicio del trienio para justificar su “curva de aprendizaje”, cuando hay antecedentes que sugieren que tratan de “nadar de a muertito”.
Hay quienes culpan a las administraciones salientes de los problemas que aquejan a sus comunas.
Otros optan por afirmar que están solos, porque supuestamente los apoyos no fluyen de los órdenes de gobierno superiores.
En cualquier caso, demuestran poca capacidad para resolver pendientes, principalmente, los de alta prioridad, como la seguridad pública.
Los ciudadanos no debemos olvidar que, una vez que las autoridades electorales ratificaron la integración de los nuevos ayuntamientos, el gobierno estatal les dio una serie de capacitaciones para acceder a programas estatales y federales, pero también para integrar adecuadamente sus cuerpos de seguridad.
Se les insistió en la importancia de aprovechar el periodo de transición para planear estos importantes trabajos, en el entendido de mantener a Tlaxcala con los más bajos índices delictivos en el país.
Pero no lo hicieron así. Y las consecuencias están a la vista: buena parte de los ayuntamientos ha hecho contrataciones que violan la ley, porque el personal de seguridad, incluso directores del área, no cumplen con el perfil que establece la normatividad.
Los ediles no pueden alegar ignorancia, porque fueron oportunamente advertidos. Es un acto de irresponsabilidad que indica su falta de compromiso con el bienestar de su población.
Se sabe de casos, como el de los alcaldes de Altzayanca, Terrenate, El Carmen Tequexquitla, Emiliano Zapata y Santa Ana Nopalucan, quienes han dejado de asistir a las Mesas de Seguridad. Los últimos tres casos resultan más cuestionables, pues se trata de presidentes que repiten en el cargo, de modo que conocen muy bien el esquema de coordinación que prevalece en Tlaxcala para responder al fenómeno delictivo.
Estos alcaldes faltistas son ejemplo de la incongruencia de las autoridades del primer nivel de gobierno, porque en los actos públicos en los que la gobernadora entrega obras o apoyos a la población de sus demarcaciones, ellos expresan su interés y disposición de hacer equipo con el gobierno estatal, pero en los hechos, simplemente se hacen de lado, y hasta dicen en corto a sus ciudadanos que no reciben respaldo cuando así les conviene.
Bajo esta circunstancia es entendible que la tendencia de la incidencia delictiva se altere, ya que los municipios siguen fallando en la tarea primordial de proteger a sus habitantes.
Realmente urge que tomen con seriedad la coordinación con las autoridades estatales para cerrar el paso a la delincuencia, y que, eventualmente, los entes competentes, como el Órgano de Fiscalización Superior, revisen la aplicación de los recursos para seguridad pública, para que sancionen las omisiones o negligencias de los presidentes municipales que incumplen con la ley.
Sencillamente, no pueden jugar con la seguridad de la ciudadanía.