El presidente de Rusia, Vladimir Putin, logró el apoyo de Turquía e Irán a un congreso de paz sobre Siria, asumiendo el papel central en una iniciativa diplomática que busca poner fin a una guerra civil que está a punto de ganar el presidente sirio Bashar al-Assad, un aliado de Moscú.
Grupos opositores sirios, reunidos en Arabia Saudita para buscar una posición unificada antes de las conversaciones de paz, decidieron aferrarse a su demanda de que Assad deje el poder, reportó el canal de televisión Al Arabiya, tras especulaciones de que podrían suavizar su postura tras la salida de su líder, partidario de una línea dura.
Dos días después de recibir la visita de Assad en el balneario de Sochi, en el Mar Negro, Putin recibió a sus pares de Turquía, Tayyip Erdogan, e Irán, Hassan Rouhani.
En un comunicado conjunto, los tres líderes pidieron al gobierno sirio y a la oposición moderada que “participen de forma constructiva” en el congreso, que se celebrará en la misma ciudad en una fecha no especificada.
“El congreso abordará las cuestiones clave en la agenda nacional de Siria”, comentó Putin a periodistas, sentado junto a Rouhani y Erdogan. “Lo primero es elaborar un marco de trabajo para la futura estructura del estado, la adopción de una nueva constitución y, sobre esta base, la celebración de elecciones bajo la supervisión de Naciones Unidas”.
Los líderes no revelaron quién será invitado. La lista de los participantes es una fuente de conflicto, ya que Turquía se opone a la presencia de algunos grupos kurdos sirios.
Los grupos opositores celebraron su encuentro en un hotel de lujo de Riad, dos días después de que el líder del Comité de Altas Negociaciones (HNC, por su sigla en inglés) que les representó en conversaciones de paz previas dejó su cargo de manera abrupta.
El jefe del HNC, Riyad Hijab, era conocido por su defensa a ultranza de la idea de que Assad no debe tener rol alguno en cualquier transición política para Siria, y su dimisión generó especulaciones de que la oposición podría suavizar su postura.