El gobernador del Banco de México (Banxico), Agustín Carstens, advirtió que el aumento al salario mínimo de 10.3 por ciento que entrará en vigor el próximo 1 de diciembre, tendrá “leves” presiones inflacionarias hacia el cierre de 2017, no obstante, esa presión no afecta las expectativas de inflación para el 2018.
“Dado que inicia en diciembre, esto podría generar leves presiones inflacionarias de aquí al cierre del año, sin embargo, no cambia la perspectiva de inflación para el año entrante”, sostuvo en lo que fue su última conferencia de presentación del Informe Trimestral Julio-Septiembre de 2017, antes de partir a Basilea, Suiza, para dirigir el Banco Internacional de Pagos.
El Banxico prevé que el 2017 cierre con una inflación “alta” de entre 6 y 6.5 por ciento, en tanto, para 2018 la expectativa se coloca en un rango de 3.5 a 4 por ciento y sería hasta 2019 cuando se alcance el objetivo de inflación a un rango de entre 3 y 3.5 por ciento.
Carstens consideró que el aumento al salario mínimo en pesos (5 pesos) y en porcentaje (3.9 por ciento) que resulta en un incremento global de 10.3 por ciento, es una variación “prudente” en el sentido de que llegar a un salario mínimo de 88.36 pesos diarios servirá para recuperar poder adquisitivo en términos reales.
Además, calificó como “significativo” el aumento al salario mínimo si se considera el contexto de reducir la inflación y de creación de empleos formales.
“Yo considero, en lo personal, que es una variación prudente en el sentido de que va a ser de utilidad para que realmente haya un aumento importante en el salario real y que, por otro lado, no interrumpa el proceso de reducción a la inflación, sobre todo en estos momentos donde tenemos una inflación claramente por arriba del 6 por ciento y tomando en cuenta que lo que más erosiona el poder adquisitivo de los salarios y las pensiones es una inflación alta”, expuso.
Carstens admitió que hay “cierto rezago” en el tema del salario mínimo pero dijo que se ha ido abatiendo de forma adecuada, aunque matizó que la única forma para lograr un aumento genera a los salarios es a través de la inversión y la productividad.
“La realidad es que para algunas empresas este aumento al salario mínimo sí implicará aumento en sus costos (y) tenemos que estar conscientes de que un salario mínimo muy alto también puede ser un desincentivo”, apuntó.
El gobernador del Banxico confió en que la inflación retome su tendencia a la baja y que el próximo año comience a materializarse esa divergencia, “la tendencia a la baja ha sido más lenta este año pero en el año entrante será más notable esta tendencia a la baja”.