Estados Unidos podría mostrarse proclive a un acercamiento diplomático con Corea del Norte, y posiblemente a sostener negociaciones, en momentos en que Corea del Sur evalúa las condiciones de una potencial cumbre entre los líderes de la dividida península.
El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, dijo este lunes en una entrevista con un diario que Estados Unidos y Corea del Sur acordaron los términos de contactos diplomáticos con Corea del Norte, primero con Seúl y luego posiblemente en un acercamiento que incluiría a Washington, sin prerrequisitos.
La posibilidad de negociaciones surge luego de meses de tensiones entre Pyongyang, Seúl y Washington por los programas de misiles y armas nucleares de Corea del Norte, que han llevado al presidente Donald Trump y al líder Kim Jong-un a intercambiar insultos y amenazas de destrucción mutua.
En declaraciones al diario Washington Post a bordo del Air Force Two en su regreso a Estados Unidos, Pence dijo que la Casa Blanca mantendría su “campaña de presión al máximo” ante Pyongyang, pero que al mismo tiempo estaría abierto a iniciar conversaciones.
“El punto en que no habrá un alivio a la presión hasta que de hecho estén haciendo algo que para la alianza represente un paso hacia la desnuclearización”, dijo Pence, citado el domingo por el diario. “Así que la campaña de mantener la presión al máximo continuará y se intensificará. Pero si quieren hablar, hablaremos”, sostuvo.
El secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, dijo este lunes que era demasiado pronto para determinar si los últimos acontecimientos representaban el comienzo de un proceso diplomático.
“Hemos estado diciendo por algún tiempo que realmente depende de los norcoreanos decidir si están listos para contactarnos de una forma sincera y significativa”, dijo Tillerson a periodistas en Egipto. “Ellos saben lo que tiene que estar en la mesa de negociaciones”, sostuvo.
Trump ha llegado a cuestionar el propósito de nuevas conversaciones con Corea del Norte, luego de años de intentos diplomáticos de gobiernos estadounidenses previos que no consiguieron detener los programas de armas del aislado país asiático.
El año pasado, Corea del Norte realizó numerosos lanzamientos de misiles y llevó a cabo su mayor prueba nuclear, en desafío de las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y mientras intenta cumplir con su meta de desarrollar un misil capaz de transportar una ojiva atómica que pueda llegar al territorio continental estadounidense.
Las relaciones entre las dos Coreas han mejorado en las últimas semanas, al punto que Pyongyang a envió a su delegación de mayor rango en la historia a los Juegos Olímpicos de Invierno que se desarrollan en la ciudad surcoreana de Pyeongchang.
La visita incluyó una invitación al presidente surcoreano, Moon Jae-in, para que viaje a Pyongyang a sostener diálogos. El encuentro, si se llega a concretar, marcaría la primera cumbre entre líderes de la Península Coreana desde 2007.
Un funcionario del Gobierno surcoreano dijo que Seúl buscaba que la eventual negociación con Corea del Norte, en la que podría participar Estados Unidos, lleve finalmente hacia la desnuclearización de Pyongyang, aunque la presión diplomática y las sanciones seguirían en pie.