El marcado debilitamiento de los derechos humanos durante 2017 en las Américas consolidó al hemisferio como uno de los más desiguales y violentos del globo, advirtió Amnistía Internacional.
La organización con sede en Londres dijo que de los 188 activistas y periodistas asesinados el año pasado, 110 perdieron la vida en América Latina y el Caribe, la región del planeta con la mayor violencia hacia las mujeres y niñas y con la mayor cantidad de homicidios violentos.
“Las Américas han presenciado una regresión preocupante de los derechos humanos durante el último año”, dijo Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de la organización. “Si no hay un cambio significativo en las respuestas de los Estados lamentablemente esta crisis solo terminará profundizándose”.
Al difundir su informe anual en el que evalúa a 159 naciones, Amnistía subrayó que más de 34 mil personas continúan desaparecidas en México en medio de un marcado incremento de violencia e impunidad.
“Las detenciones arbitrarias masivas siguieron generando torturas y otros malos tratos, desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales”, señala el reporte sobre México.
También se refirió a la coyuntura venezolana como una de las peores crisis de derechos humanos en la historia reciente y señaló que se ha agravado debido a “una escalada de violencia patrocinada por el gobierno”.
Guevara indicó que Venezuela vivió una de las crisis “más alarmantes” porque además de una situación política caótica y una escasez aguda de alimentos y medicinas, las fuerzas de seguridad apelaron respondieron a protestas con fuerza excesiva, que incluyó detenciones arbitrarias, tortura y violencia sexual contra manifestantes.
Amnistía llamó la atención sobre una crisis de refugiados “aún invisible” generada por la negativa de Estados Unidos y otros países a conceder asilo cientos de miles de salvadoreños y hondureños que huyen de la violencia en sus países.
La violencia en El Salvador, Guatemala y Honduras “arroja un fenómeno inmenso de migración forzada y genera condiciones de inestabilidad regional”, indicó Guevara.
Al presentar por primera vez su informe anual desde la capital estadounidense, Amnistía fustigó al presidente Donald Trump por debilitar los derechos humanos con políticas xenófobas y por convertirse así en un ejemplo a seguir para otros gobiernos.
El informe cuestionó la reducción a 44 mil de la cantidad máxima de refugiados que Estados Unidos admitirá cada año, la eliminación de una protección temporal para cientos de miles de ciudadanos de países aquejados por desastres naturales como El Salvador, Haití y Nicaragua y la anulación de una protección de la deportación de la que desde 2012 gozaban 800 mil inmigrantes traídos a Estados Unidos sin autorización cuando eran niños.
Pese a la regresión regional y global, el informe registró avances específicos como la eliminación de la prohibición total al aborto en Chile y la aprobación de una ley para ayudar a las víctimas de desapariciones forzadas en México a hallar a sus seres queridos.
También subrayó al movimiento “Ni Una Menos” con el que activistas de la región denunciaron en las calles la violencia contra la mujer, como ejemplo de una nueva ola de disidencia social.
“La gente ha dejado muy claro que desea derechos humanos”, dijo Salil Shetty, secretario general de Amnistía. “Le toca ahora a los gobiernos demostrar que están escuchando”.