Siempre que Tiger Woods dispute el Masters será favorito. No importa que el ex número uno del mundo haya ganado su último Major en 2008 o que no suma un título desde 2013.
El Tigre está al acecho de su quinto saco verde. No porta uno nuevo desde 2005, pero ya recuperó su nivel, después de dos años de lesiones y problemas con el consumo de algunos medicamentos.
Woods viene con buen ritmo en su juego. Ha quedado segundo y quinto en los últimos dos torneos que ha disputado, el Valspar Championship y el Arnold Palmer Invitational, respectivamente. Los miles de aficionados que se darán cita en el Augusta National perciben el aire de un Tiger campeón.
Al 14 veces ganador de Majors se le nota la confianza en los ojos. Tiene 42 años de edad, mas la mirada refleja la misma hambre de triunfo de cuando apenas era un golfista de 21, en 1997, cuando ganó su primera corona en el Masters.
Si alguien conoce cada esquina del campo más emblemático de Estados Unidos es él. Woods es uno de los cinco golfistas que ha conseguido el Grand Slam, los cuatro Majors (The Masters, US Open, The Open y PGA Championship). Rory McIlroy está a uno.
El norirlandés todavía tiene clavada las espina de 2011. En la ronda final, Rory comenzó con una ventaja de ocho golpes, pero ese día golpeó 80, para dejarle la corona al sudafricano, desconocido en ese momento, Charl Schwartzel.
Desde ese espantoso domingo de hace siete años, el hoy número siete del ranking del PGA Tour ha ganado los otros tres Majors, dos veces el PGA Championship.
McIlroy espera terminar este fin de semana en la misma lista de Woods, Jack Nicklaus, Ben Hogan, Gary Player y Gene Sarazen, como lo únicos jugadores en presumir el Grand Slam del golf.
Phil Mickelson dijo que necesitaba ganar un torneo antes de que empezara el Masters. El californiano amarró el WGC México Championship hace unas semanas y, a sus 47 años de edad, no ve obstáculo alguno para vestir su cuarto saco verde.
Dustin Johnson y Justin Thomas, número uno y dos del mundo, respectivamente, buscan su primer Masters.
DJ no pudo competir el año pasado, tras sufrir un accidente en su casa. Se cayó de las escaleras.
JT ya sabe lo que es ganar un grande. En agosto triunfó en el PGA Championship.