Teléfono Rojo

  • Desencanto internacional con los cuatro candidatos presidenciales
  • Marcan la contienda con ataques y sin propuestas para problemas
  • Nadie muestra qué hará para recuperar la paz perdida desde 2006

 

 

En las ciudades de poder hay desencanto con los candidatos mexicanos.

 

No entienden muchas cosas.

 

En los cuatro frentes priman hasta ahora los ataques, la exhibición de corrupciones, lavado de dinero, evasión de impuestos, riquezas mal habidas o no justificadas…

 

En ese sentido no hay avances.

 

Los observadores extranjeros –entre ellos representantes de los medios más influyentes del mundo- esperaban ver el fin de las confrontaciones al terminar las precampañas.

 

Pero no ha sido así.

 

El período entre aquéllas y las campañas estuvo marcada también por la exhibición de éste o aquel candidato por ellos mismos:

 

El PRI ya se va, pregona Ricardo Anaya, porque le ha fallado a un México más violento, corrupto y sin avance económico.

 

Los egresados del ITAM son culpables “de gran parte” de la crisis nacional, secunda Andrés Manuel López para desacreditar a José Antonio Meade.

 

Y el priísta contesta a ambos con argumentos inobjetables:

 

Ha vivido sin lavar dinero, subraya con índice para Anaya.

 

López Obrador es nini porque ni estudia, ni trabaja, ni produce.

 

Entonces debiera ser ninini.

 

 

DESCALIFICACIONES SIN PROPUESTAS

 

 

No es la única preocupación extranjera.

 

Más allá de las fricciones –normales en una contienda política-, están asustados porque no hay propuestas concretas para ninguno de los grandes temas nacionales: corrupción, inseguridad, crecimiento, empleo…

 

Dos de ellos, Andrés Manuel López Ricardo Anaya, quieren vaciar el erario en dádivas de todo tipo, incluida la aberración del tabasqueño de regalar perdón a los capos del crimen y premiar sus delitos con pensiones públicas.

 

Todo bajo el supuesto de “no combatir el fuego con más fuego”, como dice el de Macuspana, sin considerar las enormes fortunas acumuladas a costa de vidas, robos, secuestros, extorsiones, renta de piso, venta de protección y de droga y mil delitos más.

 

Contra esa propuesta de impunidad se han mostrado los demás presidenciables –José Antonio MeadeRicardo Anaya Margarita Zavala– con la promesa de perseguir a los delincuentes y llevarlos a proceso.

 

Con un saldo negativo para la independiente: su marido inició esta guerra anti crimen cuya espiral de sangre nadie sabe hasta dónde llegará y menos cómo se detendrá.

 

Pero…

 

 

FUERZAS ARMADAS, DETERMINANTES

 

 

Nadie dice cómo.

 

Ninguno presenta un plan integral, creíble, consistente y capaz de generar esperanza en la sociedad, la manera más efectiva de ganarse simpatizantes y votos.

 

Además de convencer hacia dentro, donde están los votantes, Andrés Manuel LópezJosé Antonio Meade,Ricardo Anaya Margarita Zavala necesitan mandar mensajes hacia los centros de poder.

 

Sólo así se ganarán el reconocimiento en Washington, Londres, Madrid, París, Brasilia y otros lugares donde están a la espera de campañas y propuestas generadoras de confianza.

 

Y algo más:

 

Nadie habla de las instituciones establecidas –Procuraduría General de la República (PGR), Policía Federal (PF), Secretaría de la Defensa Nacional Sedena), Secretaría de Marina (Semar)- y cuál sería el papel de las Fuerzas Armadas en su proyecto.

 

Invariablemente deben verse como variable determinante.

 

En este sentido, acotación propia, lleva delantera López porque si México y los criminales se van a reconvertir en cuanto él sea presidente, tal vez sea conveniente pensar en eliminar todas las fuerzas policiacas.

 

El Peje podría entregar los cuarteles de esas corporaciones a sus ministros asociados para hacerlos centros de oración.

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