Alan Parsons es uno de los primeros artistas sonoros multitarea en la historia del rock.
El músico, oriundo de Londres (1946), es compositor, productor e ingeniero de sonido.
Las viejas generaciones de melómanos recuerdan que fue fundamental, tras las consolas y sus canales de audio, para mejorar la acústica y producción de los discos Abbey Road y Let it Be, de The Beatles, y The Dark Side of the Moon, de Pink Floyd.
Parsons, apasionado de la tecnología, también ha dejado perenne su esencia en el rock desde 1982, cuando con su agrupación The Alan Parsons Project editó Eye in the Sky, pieza que también dio nombre al álbum que hasta la fecha ha dejado sello de su grupo, formado también por el extinto Eric Woolfson.
Su ojo en el cielo fue testigo de su camino, el cual llega hoy día a 40 años de carrera entre el reconocimiento del público, cientos de conciertos, muchísimas grabaciones, así como constantes experimentos.
El creador regresa a Ciudad de México con su propuesta The Alan Parsons Symphonic Project, que hará sonar acompañado de los 90 músicos de la Orquesta Sinfónica 5 de Mayo de Puebla. Junto con ellos interpretará sus rolas clásicas, como Games People Play y Don’t Answer Me.
En una charla con La Jornada, señala que en las sesiones de grabación, por lo regular, no hay un reconocimiento. Sin embargo, a Parsons ser guía de otros, ya sea en la producción, al ecualizar o creando archivos sonoros imperecederos, no le quita el sueño.
¿Qué hace eterna a una canción como Eye in the Sky?, pregunta este medio al británico.
Desde hace mucho tiempo he estado trabajado en forma constante: produciendo, componiendo, grabando, pero sobre todo, estando cerca de la gente. Quizás esa es la magia…
O, ¿tal vez pueda ser el silencio?, se le comenta. En mi carrera éste ha sido esencial. Ha venido a mí en diferentes niveles. Después de cuatro décadas es una parte que he disfrutado.
Somos confidentes porque sabemos lo que buscan
El músico destaca su experiencia tras las consolas: Un ingeniero es parte fundamental de un disco. Cuando comencé en los años 60 no tenía un reconocimiento en este oficio y la verdad, no creía que esa labor fuera esencial, pero poco a poco fui descubriendo que también deben considerarnos como artistas, porque tenemos una visión clara sobre los sonidos. Somos, además, confidentes que sabemos qué es lo que buscan los músicos. Aportamos desde un punto de vista de bajo perfil. Y eso es un trabajo bello.
–¿Cuáles son los temas de discusión en un estudio?
–Las principales conversaciones se dan en torno a cosas técnicas, nada más. Sobre sonidos, micrófonos… En cuanto a proceso creativo, hay mucho respeto.
–Hoy día con tanta tecnología a la mano, ¿cualquiera puede ser ingeniero de sonido? ¿Cuál es el futuro de la grabación profesional?
–El futuro de la grabación no es muy saludable. Es triste, pero es verdad. Hoy día cualquiera puede hacer lo que sea, pero quién sabe si en un buen nivel profesional. La solución, en mi opinión, es hacer grabaciones in situ, es decir, en vivo, en conciertos.
Los retos son fundamentales para Parsons. Asegura que plantearse nuevas cosas es lo que deben hacer los artista. Este proyecto es una de las metas que esperaba realizar, y se logró. Ahora compartiremos con la orquesta poblana, que es muy buena. Haremos interpretarciones de piezas que no he tocado en mucho tiempo y ahora se escucharán espectaculares con sus arreglos orquestales.
The Alan Parsons Symphonic Project con la Orquesta Sinfónica de 5 de Mayo se presentará los días 20 y 21 de junio en el Auditorio Nacional, y en el Auditorio Metropolitano de Puebla, respectivamente.