Aun desde la cárcel, el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva puede definir el resultado de la elección presidencial en octubre, aseguró la consultora política Eurasia.
Lula, que quizá tenga prohibido presentarse a la elección, pero sigue siendo enormemente popular, podrá transferir un apoyo significativo a quien elija como su sucesor, dijo Christopher Garman, director de Eurasia Group para el continente americano.
Garman también indicó que una alianza entre el Partido de los Trabajadores de Lula y el otro destacada candidato izquierdista, Ciro Gomes, es poco probable.
“Cuando surja claramente quién es el candidato de Lula, saltará del 2 por ciento a dos dígitos”, afirmó el directivo en una entrevista en São Paulo. El candidato que más sufrirá es Gomes, que está solo en la izquierda, agregó.
Pese a cumplir una condena de 12 años por corrupción, el exlíder sindical sigue encabezando las encuestas por amplio margen. Su persistente influencia mantiene en vilo a los inversores.
El deterioro de las perspectivas económicas llevó a la consultora Eurasia a rebajar las probabilidades de una victoria de los candidatos reformistas que quieren sanear las pésimas finanzas públicas de Brasil, llevándolas del 40 al 25 por ciento.
“No soy de esos alcistas para los cuales la elección no importa demasiado porque habrá algún tipo de reforma independientemente de quién gane”, mencionó Garman.
Considera que hay seis candidatos con potencial para llegar a la segunda vuelta electoral: Gomes, Jair Bolsonaro, Marina Silva, Geraldo Alckmin, Álvaro Dias y quienquiera que termine presentándose por el Partido de los Trabajadores.
Alckmin, favorito de los mercados financieros, quizá no llegue a la segunda vuelta dado que su estilo político anticuado no sintoniza bien con las simpatías de los votantes, apuntó el directivo.
Por su parte, la fama de Gomes de provocar controversias podría no perjudicarlo tanto como en elecciones anteriores, ya que los votantes buscan franqueza y autenticidad.
Ese anhelo también podría favorecer a Bolsonaro, un conservador declarado que hasta el momento ha concentrado su campaña en el combate al delito, que es una de las mayores preocupaciones de los electores brasileños.
Una encuesta del instituto Datafolha publicada este mes demostró que Bolsonaro encabeza la intención de voto en las hipótesis que no incluían a Lula, seguido por Marina Silva. Los candidatos de centro como Alckmin quedaron rezagados en niveles de un solo dígito.