Las víctimas de un segundo caso de envenenamiento con la neurotoxina Novichok en el suroeste de Inglaterra no fueron atacadas de forma directa sino que enfermaron como consecuencia del primer ataque, dijeron este jueves funcionario británicos que investigan el incidente.
Los expertos especialistas determinaron que una pareja de alrededor 40 años fue envenenada con la misma toxina letal -desarrollada en la extinta Unión Soviética-que estuvo a punto de matar al exespía ruso Sergei Skripal y a su hija Yulia en marzo, explicó la policía la noche del miércoles. Las últimas víctimas están en estado crítico en el mismo hospital donde fueron tratados los Skripal.
La hipótesis sobre la que se trabaja “sería que estas son víctimas de las consecuencias del ataque anterior, o de alguna otra cosa, no que hayan sido atacadas directamente”, dijo el ministro de Seguridad, Ben Wallace, a la BBC.
“Creo que lo que dijimos en ese momento fue que se trataba de un ataque descarado y temerario en el corazón de una parte muy tranquila de Gran Bretaña, y eso es parte de la rabia que siento hacia el estado ruso (…) están eligiendo claramente emplear un arma muy, muy tóxica y altamente peligrosa”, apuntó.
El inexplicable envenenamiento de dos ciudadanos británicos sin vínculos aparentes con Rusia ha planteado preocupaciones de salud pública en la zona de Salisbury, donde se llevó a cabo una enorme operación de descontaminación luego del ataque a los Skripal con Novichok.
La primera ministra británica, Theresa May, culpó a Moscú del ataque al exespía y su hija, una acusación que las autoridades rusas rechazan. Wallace dijo que el gobierno ruso podría “corregir este error” proporcionando detalles sobre el envenenamiento de Skripal y pidió a Rusia que proporcione información y “nos diga qué ocurrió, qué hicieron”.
“Estoy esperando la llamada telefónica de Rusia”, dijo. “La oferta está ahí. Ellos son quienes pueden completar todas las pistas para mantener a la gente a salvo”.
El nuevo caso se dio a conocer en un momento sensible: la selección inglesa de futbol sigue compitiendo en el Mundial que se disputa en Rusia y en unos días se celebrará una cumbre de la OTAN que estará centrada en parte en el empeoramiento de los lazos entre Moscú y Occidente.