La estrategia para combatir el sargazo que acecha a las costas de Quintana Roo costará cerca 540 millones de pesos tan sólo este año, según cálculos del Gobierno estatal.
De este total, 280 millones de pesos se prevén sean aportados por la administración federal. De esa cifra, 62 millones ya han sido utilizados en los procesos de limpieza de las playas y los 218 millones de pesos restantes recién fueron solicitados por el Gobierno de Quintana Roo a la Secretaría de Hacienda; la Secretaría de Comunicaciones y Transportes; y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, pero aún no han recibido respuesta.
Estos últimos 218 millones de pesos, explicó Alfredo Arellano, secretario de Ecología y Medio Ambiente del estado, se destinarán a mano de obra para la limpieza del alga en las playas, renta de servicios y embarcaciones para la limpia en mar adentro y para colocar vallas costeras que eviten la llegada de la macro alga a los sitios turísticos.
Por su parte, el Gobierno de Quintana Roo aportará 260 millones de pesos para la estrategia a corto y largo plazo para el manejo de sargazo, del cual se han retirado 120 mil metros cúbicos tan sólo en los últimos tres meses.
Del total de los recursos estatales, 20 millones de pesos ya fueron destinados a acciones inmediatas –en su mayoría a la limpieza de las costas–, y 240 millones de pesos han sido comprometidos para la instalación de 27 kilómetros de barreras marítimas que evitarán que el alga llegué a las zonas turísticas, explicaron funcionarios en conferencia.
Por ahora, explicó Arellano, están instalados 300 metros de estas vallas, que miden entre 30 y 50 centímetros de ancho, como parte de una prueba piloto.
“La idea es que en 15 días o a lo mucho tres semanas ya esté colocada completamente la barrera”, dijo a El Financiero el funcionario de Quintana Roo.
Esta cadena de vallas, que se dividirán en fracciones de aproximadamente 4 kilómetros a lo largo del estado, se mantendrán en funciones hasta noviembre y serán colocadas anualmente, pues esperan se trate de un problema recurrente durante los próximos años.