Alex Garland sigue a la caza de lo desconocido

Redacción

A lo largo de su carrera en el cine, Alex Garland se ha dedicado a plasmar aquellas preguntas que el hombre ha hecho desde el inicio de su existencia: ¿quiénes somos?, ¿de dónde venimos?, ¿para qué venimos?, ¿cuál es el significado de la vida?

Así ha creado filmes como Ex-máquina o Aniquilación, a las que este fin de semana se le une su primera serie, “Devs”, que él escribe y dirige y en la cual se vuelve a plantear consultas existenciales que se ha hecho desde que era niño como, ¿hay un dios?, ¿tenemos libre albedrío?, ¿qué pasa después de que morimos?, ¿somos realmente únicos?

“Una de las críticas que recibo, es que las ideas de las que hablo son el tipo de cosas de las que la gente habla cuando se está drogando en sus dormitorios, pero lo que realmente me pasó es que tenía un montón de preguntas y pensamientos que me vinieron muy joven en la vida. Nunca encontré ninguna respuesta. Algunas personas dicen: ‘bueno, entonces deberías dejarlas’, pero eso no está en mi naturaleza”, comentó Garland en entrevista.

Con esto en mente, Alex escribió “Devs”, serie que estrena en México este viernes a través de Fox Premium, la cual el director británico describe como “una parábola existencial sobre un futuro igualmente hermoso y terrible”.

Las historia sigue a Sergei, un talentoso codificador ruso que es transferido de su departamento en Amaya, la compañía de tecnología dirigida por el Doctor Forest (Nick Offerman), a un proyecto súper secreto conocido como “Devs”, ubicado en un cubo reluciente. Sergei se escapa con los datos y huye, sólo para ser atrapado y asesinado por Forest.

Sin saber el destino de Sergei, Lily, su novia, quien también trabaja en la empresa tecnológica, queda sorprendida por su desaparición y busca respuestas.

Según Garland, “Devs” no trata realmente del misterio de cuál es el proyecto secreto porque a mitad de la serie ya lo conocemos. Es un algoritmo de predicción que puede transmitir imágenes del pasado; por ejemplo, puede evocar imágenes granuladas de Cristo en la cruz.

“Muy a menudo, las preguntas filosóficas pueden parecer experimentos mentales. Podría ser el caso de que no tengamos libre albedrío”, añadió.

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