Al menos nueve integrantes de una familia migrante mexicana fallecieron en Arizona al ser arrastrados por el torrente de un río ubicado en una zona montañosa de al noreste de Phoenix. Las autoridades buscan a Héctor Miguel Garnica, cuyo cuerpo aún no es localizado.
“Una joven familia entera fue arrastrada por las aguas”, expresó el detective David Hornung, de la oficina del sheriff del condado de Gila. “Esta gente está destrozada, es imposible describir lo que sienten”.
Los padres de Héctor estaban cenando cuando fueron informados que cinco niños y su nuera habían fallecido. Sin embargo, no se tenían noticias de su hijo, quien también fue arrastrado por el torrente de agua que mató a los demás. Todavía no había sido encontrado el lunes por la noche.
La búsqueda de Garnica se reanudó el martes en esta zona montañosa 160 kilómetros (100 millas) al noreste de Phoenix. Voluntarios de todo el estado están colaborando.
“He visto milagros antes”, dijo el detective Hornung.
Setenta y cinco personas de distintas agencias de al menos cinco condados participan en el esfuerzo. Usando perros y un drone, se enfocan en tres sectores a lo largo del cauce del arroyo.
No se descartan nuevos torrentes y el jefe de operaciones Cougan Carothers dijo que se suspenderán las tareas si hay algún potencial peligro.
“No queremos exponer a nadie a situaciones riesgosas”, dijo Carothers.
La familia había estado nadando en un remanso, en una zona donde las rocas crean una especia de piscina, con varias pequeñas cascadas. Las rocas canalizan también los torrentes de agua que surgen cuando llueve fuerte, como sucedió el sábado, en que cayeron 3,4 centímetros (1,5 pulgadas) de agua en una hora.
El Servicio Nacional del Clima emitió alertas de posibles crecidas por las redes de teléfonos celulares, pero las conexiones son malas en áreas remotas como en la que se encontraba la familia. Las autoridades dijeron que, a menos que tuvieran una radio especial para el mal tiempo, es posible que el torrente de agua haya tomado desprevenida a la familia. El caudal incluía cenizas de un reciente incendio forestal, así como ramas y árboles.
“Escucharon un rugido y se les vino todo eso encima”, expresó el jefe del departamento de bomberos Ron Sttelmaier.
Las edades de las víctimas van de los dos a los 60 años. Sus cadáveres fueron encontrados a tres kilómetros (dos millas) del lugar donde se bañaban. Otras cinco personas fueron rescatadas, algunas de ellas aferradas desesperadamente a árboles.
Los cinco niños fallecidos son: Erica Raya García, de 2 años; Emily Garnica, de 3 años; Mía Garnica, de 5 años; Daniel Garnica, de 7 años y Jonathan León de 13. También murieron Javier Raya García, de 19 años; Selia García Castañeda, de 57 años; Maribel Raya García, de 24, y María Raya García, de 27.
Los adultos habían venido de México en los últimos 20 años en busca de una vida mejor, según una prima en segundo grado de Héctor Garnica, Jessica Mandujano.
Héctor y su esposa María invitaban a menudo a sus parientes a “pizza parties”, reuniones en las que comían pizza, según la prima.
Mandujano dijo que la familia, que en total tiene más de 50 miembros, planeaba reunirse el domingo para otro cumpleaños, pero la fiesta fue suspendida a raíz de la tragedia.
“Cuesta comprender lo que sucedió”, manifestó Mandujano. “Piensas en ello y te parece que es todo mentira”.
Tom Price, gerente de Horny Toad, un restaurant de las afueras de Phoenix, le contó a la Associated Press cómo fue el momento en que los padres recibieron la noticia y partieron al cañón donde se produjo la tragedia.
Price conoce a Garnica desde que tenía 12 años y ha empleado a varios miembros de la familia, a la que le encantaba reunirse con cualquier motivo.
“Son como la Brady Bunch”, declaró Price el lunes, aludiendo a la familia de una serie televisiva. “Muy unidos. Sorprende ver lo unidos que son todos”.
Agregó que Garnica era un hombre honesto, trabajador, dedicado a su familia.
“No tengo nada malo que decir de él. No va a encontrar a nadie en esta ciudad que hable mal de este muchacho”, expresó. Indicó que Garnica había trabajado en todos los restaurants de la ciudad y que “todo el mundo habla muy bien de él”.