DOS VERSIONES, ¿VERDAD TOTAL?

Si la verdad no fuera algo tan elusivo y a veces inconveniente, no hubiera sido necesario inventar la mentira ni recurrir a ella con tanta frecuencia. Frente a los hechos y las motivaciones personales para cometerlos, todos somos inocentes, hasta los culpables.

Hace algunos años, en una de las muchas tardes de reportajes policiacos, conocí a un múltiple asesino cuya ira se desahogó mediante el expeditivo procedimiento de prenderle fuego al jacal, con toda su familia adentro. Los calcinó porque puso por fuera un candado.

–Y no tuve la culpa, se lo juro. Yo estaba borracho y mi vieja me empezó a regañar y a mí no me gusta que me regañen. Si ya saben cómo me pongo, para que me hacen enojar.

Y así podemos llegar al infinito. Y lo mismo sucede con las instituciones públicas. Y el caso del socavón Tlahuica, como ahora le llama el gobernador Graco Ramírez, existen dos versiones de los hechos y las culpas: el gobierno estatal se defiende una forma, la Secretaría de Comunicaciones de otra y la verdad, la absoluta, la completa, la total, permanece desconocida hasta ahora.

Esto dice la SCT:

“El Gobernador del Estado de Morelos, Graco Ramírez Garrido Abreu en su comparecencia del día de hoy, declaró que no había estado de acuerdo con la inauguración del Paso Exprés de Cuernavaca porque “faltaban muchas cosas por resolver” incluso mencionó que personalmente le planteó al Secretario de Comunicaciones y Transportes, que era muy apresurada la inauguración y que ha mencionado en diversas ocasiones que advirtió al propio Secretario del riesgo de un socavón que se pudiera presentar y en este caso particular  en el kilómetro 93.8 del Paso Exprés de Cuernavaca.

“Les informo a ustedes que en ningún momento el Gobernador Graco Ramírez me hizo referencia alguna de aspectos faltantes del Paso Exprés de Cuernavaca y tampoco de que hubiese riesgo alguno de que pudiera ponerse en operación la vialidad y menos que pudiera formarse un socavón.

“La aceptación del Gobernador Graco Ramírez del evento de inauguración del Paso Exprés de Cuernavaca se observa claramente en sus palabras durante el evento de inauguración, en las que en ningún momento menciona que hubiese asuntos pendientes de resolver y sus palabras también reflejan una clara aceptación de la inauguración de la obra”.

Y tiene razón el secretario Ruiz Esparza: Graco se deshizo en elogios y gratitudes para el presidente Peña Nieto a quien (como es su costumbre y por eso ya “las izquierdas” lo vomitan, lagoteó como en los mejores tiempos de la lambisconería priista.

“Presidente, ¿qué le puedo decir?, estamos muy reconocidos por este compromiso; estamos muy agradecidos porque no fue fácil hacer la obra, fue muy compleja, hubo muchas molestias, hubo muchas dificultades, accidentes, lamentablemente, por la complejidad de la propia obra.

“Pero ya funcionando y con alguna señalización que hay que hacer, hay que señalizar más;  que le bajen la velocidad, porque unos ya ven que está libre y le meten a todo lo que da, y es peligroso.

“Y una petición más, Presidente. Le pido formalmente, lo he platicado con Gerardo Ruiz Esparza, que esta vía exprés se llame Tlahuica.

“Ésta es la identidad para nosotros, que no es una vía exprés nada más, que se piense que sirve para comunicarnos con la Ciudad de México o con Guerrero, o con el sur del Estado de Morelos, sino que también tenga identidad.

Le pido (que) se nombre y ya se referencie así en los GPS: “Vía Exprés-Tlahuica”, que pasa por Cuernavaca y conecta a la Ciudad de México, y conecta con el Estado de Guerrero, pasando por Morelos.

“Muchas gracias, Presidente”.

Y en todo esto hay algo notable. Gerardo Ruiz Esparza deja abierta la puerta para su salida de la SCT. Lo insinúa así:

“…Una vez determinadas las responsabilidades del caso tomaré la determinación de qué es lo procedente y de qué es lo correcto de acuerdo a las responsabilidades que resulten.

“Adicionalmente, me permito comentarles que, si el Gobernador Graco Ramírez (cuya insistencia por la renuncia de GRE es abrumadora), estaba enterado, como él lo ha afirmado, de que existían riesgos de construcción o de que podría presentarse un socavón, él debió conforme a sus facultades y responsabilidades legales haber actuado incluso cerrando la vialidad y advirtiendo a las autoridades superiores de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes el riesgo, lo cual no hizo y queda sin duda como una omisión al cumplimiento de la ley en la materia.

¿De cuál lado está la verdad?

 

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