Hugh Hefner, ¿el hombre que tuvo sexo con más de mil mujeres?

Hugh Hefner, el fundador de la revista Playboy fallecido el miércoles a los 91 años, era un anuncio ambulante de su propio producto, con su pipa y sus pijamas de seda en medio de una lista de invitados famosos para una eterna fiesta de adultos.

Hefner murió por causas naturales en su casa, rodeado por sus familiares, dijo Playboy en un comunicado.

Según sus propias versiones había tenido sexo con más de mil mujeres, incluyendo muchas de las que aparecieron en su revista. Tras ser lanzada en 1953, Playboy alcanzó una circulación de 200 mil ejemplares en un año y en cinco años superó el millón.

En la década de 1960 Hefner vivió casi todo el tiempo en Chicago, de donde era originario y donde surgió su revista. En los 70, se compró una segunda mansión en Los Ángeles, y volaba entre ambas residencias en un avión privado DC-9 llamado “The Big Bunny”, que tenía la imagen de un enorme conejo de Playboy en la cola.

Cuando el New York Times le preguntó en 1992 de qué estaba más orgulloso respondió: “De que cambié las actitudes sobre el sexo, que la gente linda puede vivir bajo el mismo techo ahora. Que descontaminé la noción del sexo premarital, eso me da mucha satisfacción”.

Era ampliamente admirado pero no una figura amada por todos. Muchos líderes feministas y religiosos lo consideraban un glorificador de la pornografía que degradaba a las mujeres y las trataba impunemente como objetos.

A las mujeres les advertía desde el primer número: “Si eres hermana de alguien, esposa o suegra. Y tomaste esta revista por error por favor pásanos al hombre de tu vida y regresa a (el libro de cocina) Home Companion”.

La censura ante su publicación con desnudos de “conejitas” también era inevitable y Hefner demandó con éxito al servicio postal estadounidense que se negaba a entregar las revistas por correo a los subscriptores. Playboy ha sido prohibida en China, India, Arabia Saudita e Irlanda.

Playboy provocaba críticas y tentación por igual. Drew Barrymore, Farrah Fawcett y Linda Evans posaron para la revista. Otras conejitas se volvieron celebridades como la cantante Deborah Harry y la modelo Lauren Hutton, las cuales tenían memorias agradables de su tiempo en Playboy.

En cambio otras tuvieron experiencias traumáticas como varias que decían que fueron violadas por el amigo de Hefner, Bill Cosby.

Una de las conejitas resultó ser periodista. La feminista Gloria Steinem fue contratada en la década de 1960 y convirtió su breve empleo en un artículo para la revista Show que describía los clubs que llegó a tener Playboy como santuarios sólo para hombres. Las conejitas, escribió Steinem, tienden a tener poca educación, son sobreexplotadas y les pagan poco. Steinem consideraba la revista y sus clubs como “pornográficos” en vez de eróticos.

“Creo que Hefner quiere pasar a la historia como una persona sofisticada y glamurosa. Pero la persona que menos me gustaría que pasara a la historia es Hugh Hefner”, dijo Steinem después.

“Las mujeres son las mayores beneficiarias de acabar con las viejas nociones hipócritas sobre el sexo”, respondió Hefner. “Ahora algunas personas actúan como si la revolución sexual fuera un complot masculino para tener sexo. Uno de los resultados no deseados del movimiento femenino es la asociación del impulso erótico con querer herir a alguien”.

Hefner se describía como un defensor de la libertad de expresión, los derechos civiles y los derechos reproductivos, además de que decía que la revista tenía muchas más cosas en su interior. Playboy publicó por entregas “Fahrenheit 451” de Ray Bradbury y también ficción de Doris Lessing y Vladimir Nabokov.

De igual manera la revista se especializaba en largas y francas entrevistas con personajes como Fidel Castro, Frank Sinatra y Marlon Brando, así como el entonces candidato presidencial Jimmy Carter, quien reveló que había “cometido adulterio” en su corazón. El chiste que decía que la gente compraba Playboy por los artículos y no por las fotografías era medio real.

El imperio de Hefner llegó a sumar 200 millones de dólares con las ediciones internacionales de la revista, casinos, un canal de cable y una productora de cine.

A Hefner le gustaba decir que no le preocupaban las críticas, pero en 1985 sufrió un ligero derrame cerebral que achacó al libro “The Killing of the Unicorn: Dorothy Stratten 1960-1980”, del cineasta Peter Bogdanovich. Stratten fue Playmate del año y su esposo Paul Snider la mató antes de suicidarse. Bogdanovich, quien era novio de Stratten al momento de su muerte, escribió que Hefner fue uno de los que provocaron su asesinato y no podía lidiar con lo que “él y su revista le hacen a las mujeres”.

Tras su derrame, Hefner entregó el control de su impero a su hija feminista, Christie, aunque era dueño de 70% de las acciones de Playboy y seguía eligiendo a la Playmate de cada mes y la fotografía de la portada. Christie Hefner continuó como directora general hasta 2009.

Hefner también dejó de usar drogas recreativas y trató de ser menos el alma de la fiesta. Entre lágrimas dijo en una entrevista de 1992 con el New York Times: “He pasado gran parte de mi vida buscando el amor en los lugares equivocados”.

No es de sorprender que la vida marital de Hefner fuera también extravagante. Era un playboy antes de Playboy, incluso durante su primer matrimonio, cuando le gustaban las películas pornográficas, el póker de prendas de vestir y el sexo grupal. En 1949, se casó con Mildred Williams, con quien tuvo dos hijos. Se divorciaron en 1958. En julio de 1989, Hefner se casó con la Playmate del año Kimberley Conrad, quien entonces tenía 27 años. La pareja también tuvo dos hijos.

En la víspera de su boda a Hefner le preguntaron si tendría una despedida de soltero. “He tenido una despedida de soltero por 30 años”, dijo. “¿Para qué necesitaría una ahora?”.

Se separaron en 1998, pero ella siguió viviendo al lado de la mansión Playboy con sus dos hijos. La pareja se divorció en 2010 y él le pidió matrimonio en 2011 a una chica de 24 años llamada Crystal Harris, quien también había sido Playmate. Harris canceló la ceremonia días antes de la boda, pero cambió de parecer y se casaron a finales de 2012.

“Quizá debería estar soltero”, dijo Hefner unos meses después. “Pero sé que necesito una relación romántica permanente. En otras palabras soy esencialmente una persona muy romántica y realmente todo lo que estaba buscando, en serio, con la noción del matrimonio, era continuidad y hacerle saber a la chica que realmente me importa”.

A los 85 años admitió: “Nunca encontré realmente a mi alma gemela”.

A Hefner le encantaban las películas y las llamaba “mi otra familia”. Cada semana proyectaba cintas clásicas y nuevas en su mansión. En su cumpleaños, el 9 de abril, pasaba su cinta favorita, “Casablanca”, e invitaba a los asistentes a vestirse al estilo de la década de 1940. Deseaba que su vida quedara plasmada en una película y estaba ayudando a crear un guion en 2011.

Su obsesión con los conejos comenzó con las figuras que decoraban una cobija que tenía de niño. Años después una subespecie real de conejo, en la lista de especies en peligro de los cayos de Florida, fue nombrada en su honor: Sylvilagus palustris hefneri.

Hefner nació en Chicago el 9 de abril de 1926, hijo de unos devotos padres metodistas quienes, decía, nunca expresaron su amor “de alguna manera emocional o física”.

“Desde muy temprana edad comencé a cuestionar muchas de esas tonterías religiosas sobre que el espíritu y el cuerpo del hombre están en conflicto, según las cuales Dios está principalmente en el espíritu y el diablo en la carne”, dijo Hefner en una entrevista de Playboy en 1974.

“En parte soy quien soy por mis raíces puritanas”, dijo a AP en 2011. “Mi familia es puritana, mi familia es prohibicionista. No se bebía en mi casa, no se hablaba de sexo y creo que vi el lado hiriente e hipócrita de eso desde muy temprano”.

Cuando Hefner tenía 9 años comenzó a publicar un diario en su barrio, el cual vendía por un centavo. Pasaba gran parte de su tiempo escribiendo y haciendo caricaturas. En secundaria comenzó a leer Esquire, una revista sobre sexo y excesos que Hefner quería emular con Playboy.

Cuando él y el cofundador de Playboy Eldon Sellers lanzaron su revista desde la cocina de Hefner en Chicago, el primer número no tenía fecha porque dudaban que hubiese un segundo. La revista se iba a llamar Stag Party, pero otra revista llamada Stag amenazó con demandarlos.

Hefner decía que se reinventó por primera vez en su secundaria en Chicago, cuando tenía 16 años y lo rechazó una chica que le gustaba. Comenzó a decirse Hef en vez de Hugh, aprendió a bailar jitterbug y a dibujar un comic, “una autobiografía que me ponía en el centro de una vida creada por mí mismo”, dijo en una entrevista de 2006 con AP.

Esos cómics evolucionaron hasta convertirse en un álbum detallado que Hefner guardaría toda su vida. Para 2011 tenía más de 2.500 volúmenes, y un récord Guinness para la mayor colección personal de álbumes.

“Era una forma de crear un mundo propio para compartirlo con mis amigos”, dijo Hefner, sentado entre los archivos de su vida durante una entrevista de 2011. “Y en retrospectiva, pensándolo, no es algo muy diferente a crear la revista”.

A Hefner le sobrevive su esposa Crystal y su hija Christie; así como sus hijos David, Marston y Cooper. Playboy no divulgó información sobre los planes para su funeral, pero Hefner es dueño de un terreno en un cementerio de Los Angeles junto a Marilyn Monroe.