Ellos llevan telefonía e internet comunitario en México

En México, según el Banco Mundial, existen 65.1 millones de personas que no tienen acceso a internet y a las redes celulares en pleno siglo XXI.

Cuando se habla de comunidades marginadas y de zonas sin cobertura de red celular e internet se piensa que se trata de zonas rurales, pero incluso en la Ciudad de México existen personas que viven en lugares donde la señal es escasa o nula.

Por eso, hay dos empresas que desarrollaron proyectos que buscan que dichas personas puedan tener acceso a las redes celulares y al WiFi, con la intención de mantener comunidades más informadas y conectadas en caso de emergencias.

Telecomunicaciones Indígenas Comunitarias es una asociación civil conformada por comunidades indígenas y rurales de México y por un equipo técnico que apoya a personas y comunidades que buscan construir, gestionar y operar sus propias redes de comunicación celular.

“Trabajamos con comunidades rurales en el sur del país para hacer una ‘co-labor’, esto significa que la comunidad hace una inversión con funciones de gestión y administración de la red y nosotros ponemos la experiencia en mantenimiento y crecimiento, para que existan redes de telecomunicaciones donde no hay red”, dijo a El Financiero Peter Bloom, fundador de la organización.

La firma tiene una concesión del Ifetel para operar en Veracruz, Oaxaca, Guerrero y Chiapas. Actualmente el servicio opera en 20 comunidades de Oaxaca distribuidas entre la Sierra Norte y en la Mixteca Alta, en las cuales tiene 3 mil usuarios de la red de telefonía celular (beneficiarios directos) quienes al año hacen un millón 756 mil 142 llamadas según cifras de la organización.

“Instalamos infraestructura, puede ser muy mínima o pueden ser obras muy grandes dependiendo de la comunidad y las necesidades de cobertura. Podemos pensar en alguna antena dependiendo de la altura y colocamos equipos de telecomunicaciones que permiten la comunicación entre celulares y una estación base”, dijo.

Peter Bloom explicó que la señal se convierte en un bien de la comunidad que ellos mismos deben aprender a administrar y no es propiedad de ninguna compañía. Indicó que para entrar a una comunidad primero se requiere que haya un consenso entre los habitantes del lugar para que estén de acuerdo, y no únicamente llegan con su tecnología a instalarse.

“La señal llega a estos pueblos, algunos son muy pequeños, unos de 200 personas otros de 5 mil, y el valor agregado es que son zonas en las que, por ejemplo, se derrumban los cerros por las lluvias, y eso les permite estar en contacto con la gente de fuera si necesitan algo, también son lugares con altas tasas de migración a Estados Unidos o incluso la Ciudad de México, y eso les ayuda a coordinarse para enviar dinero o simplemente estar conectados”, indicó Bloom.

“Dentro de la misma comunidad hay beneficios, ha fomentado la economía local, como pedir un servicio de mototaxis a domicilio, pedir comida, cosas que en la ciudad estamos muy acostumbrados pero que en esas zonas no se podía hacer cotidianamente. Poder conectarse cuando se necesita”, agregó.

Este proyecto se lleva a cabo por la empresa canadiense Mowistat, dedicada a la comercialización de productos para el acceso a internet satelital. La firma eligió Iztapalapa ya que es una de las zonas con más alto nivel de marginación de la capital.

La implementación del programa se llevará a cabo a partir del 15 de septiembre con la instalación de antenas en lugares como tiendas de abarrotes y establecimientos llamados HotSpot. Una vez instalada la antena ofrecerá internet WiFi gratuito durante el primer mes, para beneficiar a un total de mil 50 personas en la comunidad.

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