U2 se despide de México: “No están solos, el resto del mundo está con ustedes”

Más que ser una Banda de rock, U2 demostró en su visita a la Ciudad de México que es algo una especie de religión, una bajo la que millones en este país y el resto del mundo se sienten cobijados.

Con su segundo show en la ciudad U2 demostró que es un credo al que más de 65 mil mexicanos le prodigaron respeto, amor y veneración este miércoles en el Foros Sol.

“The Joshua Tree” era el pretexto que trajo a la Banda regresó de nueva cuenta tras seis años de ausencia, un disco que es pieza clave en su carrera y su discografía, el cual por una noche más fue repasado ante su público mexicano.

Joshua Tree (árbol de Josué) -nombre del disco- es un árbol al que fue dado su nombre por un grupo de mormones que llegaron al desierto de Mojave, quienes maravillados con la forma que tenía el árbol les recordaba la historia bíblica de Josué, discípulo de Moisés, ya que la planta, de tallo leñoso tiene una forma particular en la que parece que posee manos levantadas hacia el cielo, implorando la ayuda de Dios.

Quizá haya sido una casualidad, pero la banda regresó a México tras los sismos que vivió este país en recientes semanas con su Joshua Tree, y por más de dos horas pareció que el grupo era ese árbol bíblico que extendía sus ramos para cubrir a los mexicanos.

Su líder dejó de ser Bono para convertirse en Josué y con su música brindar alegría y apoyo a los mexicanos, que en más de una ocasión levantó las manos y la voz para que existe un mundo mejor.

Muestra de ellos fue cuando tras tocar temas como “Sunday Bloody Sunday”, “New Year’s Day”, “Bad” y “Pride”, la agrupación recordó a las víctimas de los sismos en Mexico, los huracanes en Puerto Rico y el tiroteo en Las Vegas.

“Gracias por venir aquí a vernos”, -dijo en español Bono-, nuestras melodías son de ustedes, el ritmo puede cambiarnos y ayúdanos a ser mejores, hagamos de esta, una noche épica de rock and roll. Recuerden que no hay mal que por bien no venga”.

Durante su show en el Foro Sol, el grupo repasó de forma íntegra su disco editado en 1987 y se pudieron escuchar temas como “Where the streets have no name”, “I still haven’t found what I’m looking for” y “With  or without you”.

Fue durante la interpretación del álbum cuando la gran pantalla ondulada que el grupo traía como parte de su producción mostró el gran Árbol de Josué, el cual estaba ahí para cobijar a los presentes y como dijo Bono “para que sepan que no están solos, el resto del mundo están con ustedes”.

La segunda noche a diferencia de la primera, estuvo menos llenas de referencias hacia los mexicanos. En esta ocasión no hubo “Cielito querido” pero si un fuerte discurso social.

En el que se habló de la segregación que aún existe hacia la mujer como lo fue en el tema “Mothers of the Disappeared”, el cual remató la Banda con un coro en español que versaba “El pueblo vencerá”.

Un concierto de u2 no podría ser un concierto de U2 sin temas que ha colocado al grupo en la cima. Así se pudo escuchar canciones como “Beautiful Day”, en el que

la agrupación alzó la voz sobre el muro que se planea construir en la frontera norte del país.
En su reversión de dicho tema al que agregó coros celestiales, Bono habló acerca de los dreamers, aquellos millones estadounidenses, hijos de inmigrantes que con las nuevas políticas de Donald Trump quizá tengan que ser deportadas al país de sus padres.

Tras más de dos horas de show y luego de interpretar otros clásicos como “Elevation”, “Vertigo”, “Ultraviolet” y “One”, el grupo se despidió de México, no sin antes alzar en alto una bandera nacional, besarla y agradecer a su fiel público.

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