LA CAZA DE ANAYA Y EL BOOMERANG

Como se quieran ver las cosas, la cacería de Ricardo Anaya, candidato presidencial del Frente PAN-PRD-MC, no ha resultado tan exitosa como sus promotores hubieran querido y podría quedarse en agua de borrajas con el minúsculo resultado de aprehender sin más beneficio a Manuel Barreiro, lo cual ni era el propósito ni sirve mayormente a la justicia, ni cumple con la finalidad de todo este aparato en movimiento: frenar el ascenso electoral de Ricardo Anaya, cuya firmeza electoral sólo podría ser cancelada con la muerte, según ha dicho, claridoso y desafiante, Diego Fernández de Cevallos. mientras Andrés Manuel López relee a Napoléon (no a Gómez Urrutia, al otro) y se halla con esta frase esculpida en la memoria: si tu (s) enemigo (s) se equivoca (n), no lo (s) distraigas.

Hace un par de días, en la mesa matutina en la cual participo los miércoles en Foro TV, con Raymundo Riva Palacio, Jorge Buendía y Roy Campos, decíamos, palabras más, palabras menos: si esta embestida no cuaja y no se encuentran acusaciones verdaderamente de peso y se prueban y se apresuran, Ricardo Anaya habrá sufrido una costosa distracción y quizá un nerviosismo para desconcentrarlo temporalmente en la campaña, pero repuesto de ésta será imbatible.

Eso no garantiza absolutamente nada; excepto —hasta ahora— el fortalecimiento de Andrés Manuel, quien está lo suficientemente colocado en la mente de todos, hasta para recibir la crítica fiera de Mario Vargas Llosa, quien por enésima ocasión se apunta en los procesos políticos mexicanos con sus opiniones intocables (son los privilegios de un Nobel), pues luego de haber inventado aquello de la ­priista dictadura perfecta (prepremio), nos dijo con toda sinceridad: “si yo fuera mexicano votaría por Vicente Fox”, y ahora nos previene del riesgo suicida del populismo, con lo cual permitió la respuesta del propio Andrés: Vargas es un buen escritor, pero un mal político.

Pero hablábamos de Anaya y el efecto de esta cacería.

La pregunta es si el tiempo escogido para este ataque es el mejor. Lo pudieron haber hecho antes de la precampaña. Pero las cosas ya son como son. Y, como muchos dirán, si no te mata, te fortalece, valdría la pena releer este apunte.

“(Crónica. EF. 24.9.14). La cita está relacionada con la concepción agonal (Perteneciente o relativo a los certámenes, luchas y juegos públicos, tanto corporales como de ingenio) de la existencia, de la vida como lucha, una concepción que Nietzsche lleva adelante como crítica profunda de la cultura de occidente (en El Crepúsculo de los Ídolos), y tiene que ver con la revalorización de lo que la filosofía «tradicional» ha considerado «errores»…

“De esa lucha con los ídolos… se sale muerto o fortalecido… como en todos los desafíos de la vida…”, opinan algunos.

“La frase ‘Lo que no te mata te hace más fuerte’, en realidad no decía así en un principio. La frase original fue escrita por Friedrich Nietzsche y decía:

“Lo que no te mata te hiere de gravedad y te deja tan apaleado, que luego aceptas cualquier maltrato y te dices a ti mismo que eso te fortalece”.

Pero deberíamos volver a Mario Vargas Llosa, quien expresó sus preferencias electorales por el foxismo, hace ya 18 años, durante la presentación de su libro, La fiesta del Chivo, en una librería de Las Lomas, acompañado por Sealtiel Alatriste, en el lejano arranque de campañas. Una reportera de la TV se le acercó al final y le preguntó por el proceso mexicano, el PRI y todo lo demás.

Fue cuando dijo sobre una supuesta mexicanidad y su imposible voto por Vicente Fox.

Cuando todo acabó le dije, Mario, es irresponsable promocionarte así. Si tú, como “mexicano” en la imaginación, pregonas tu voto por Fox, yo te diría (sin efectos publicitarios, en mi caso imposibles, claro), si yo fuera peruano habría vitado por Fujimori.

Se rió de manera forzada, me dedicó un libro, en recuerdo de los tiempos idos (Para Rafael Cardona, con la antigua amistad de MVLL) y el tiempo probó lo equivocado de dos votos imaginarios: el mío y el suyo.

VIDEGARAY

Luis Videgaray no tenía mayores méritos para las relaciones exteriores, excepto su amistad con el yerno de Donald Trump, el señor Kushner, quien ha sido degradado, no de los amplios poderes de una bragueta afortunada, pero sí de la clasificación por la cual se le permite acceso a secretos y documentos confidenciales en la Casa Blanca.

Le han restringido acceso, conocimiento y confianza. Luis Videgaray se ha quedado sin palanca en los Estados Unidos. Todo mundo intentaba “chamaquear” al chamaco de oro de Washington.

Pero las cosas caen por su propio peso.

 

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