LOS “PAQUEROS” GANAN… “HAIGA SIDO COMO HAIGA SIDO”

Conocido es el truco del “paquero”.

El defraudador corta papeles de periódico del tamaño de billetes reales. Pone un par de éstos en la parte superior y la inferior del paquete, la aprieta con ligas de hule y lo ofrece como un todo valiosísimo.

Algunos billetes son reales y le dan al incauto el ambicioso anzuelo para comprar la “paca” por un precio de ganga. No todos los papeles son falsos, pero el fraude se consuma.

Así pasó con los apoyos para los independientes.

Hicieron la “paca”. Revolvieron lo falso con lo ­real y sólo una de ellos pudo consumar el engaño.

Ya se las verán los leguleyos para explicarnos cómo quien consuma un fraude es inocente de haberlo intentado en el conjunto, en contra de quienes lo trataron de hacer sin conseguirlo.

Podrán devanarse la sesera con el propósito ruin de vendernos un huachinango podrido nada más de la cabeza a las aletas o de explicarnos el feliz acontecimiento de una mujer medio embarazada.

Como se hace con la manzana magullada, el cuchillo le ha quitado la parte oscura y nos han entregado un trozo aparentemente sano y la señora Margarita Zavala de Calderón ha consumado la “hazaña nunca antes vista en México”, de presentarse por sus méritos personales, en una papeleta electoral en pos del Ejecutivo.

Pero lo ha hecho jugando con los requisitos, entregando el gato por la liebre y corriendo la maratón por el atajo; anotando en el futbol con la mano con auxilio de un árbitro electoral quien vio, sumó, anuló y a fin de cuentas aprobó, sólo lo bueno y el vaso medio lleno, para llevar a la señora a la antesala de la reelección de su marido.

Como si fuera el coro de aquellos célebres hermanos Zavala, los consejeros electorales Benito, Leonardo y quienes más quieran, se han sumado a las voces de la familia Calderón-Zavala (o Zavala-Calderón) y cantan, con desafinado tono, la bonita melodía: “…haiga sido como haiga sido…”

El Instituto Nacional Electoral hace otra de su habituales _____________________ (aquí se ha quedado un espacio en blanco para colaboración del lector, quien puede escribir una charada: empieza con la palabra “pende…” y termina con “…jadas”) porque en la calificación de los respaldos obtenidos a través de los sistemas de aplicación a tabletas y teléfonos celulares, los aspirantes a las candidaturas independientes para la presidencial metieron —maestros del estraperlo; tahúres del as en la manga—, “cachirulos” por todas partes, y nos dejaron ver una pandilla de fulleros, quienes no pudieron, en ninguno de los tres casos, entregar papeles genuinos en su totalidad.

Todos hicieron trampa y todos debieron haber sido eliminados del juego. Pero como eso hubiera sido muy lesivo para la imagen de un país ajeno del todo a la corrupción, pues tomaron una solución grotesca: quien juntó los buenos, queda perdonado de los malos, como si la revoltura no implicara la vocación tramposa.

Pero como la señora Zavala de Calderón, (cuyo marido ya había sido señalado por patrocinar una guerrita sucia contra los otros, como denunció desde el jueves pasado, Armando Ríos Piter), alcanzó los 850 mil apoyos “legales” (en un acopio ilegal) y entonces la vara de justicia se inclinó por el lado del disimulo y las 700 y tantas mil firmas repetidas, falsas o espurias (como ya sabes quién le decía a su marido), le fueron perdonadas como si no las hubiera presentado.

Contaron las legales y disimularon el hecho de haber recibido el paquete del engaño. Se dejaron impresionar con la falsa verdad: estos “votos” son buenos. Olviden los camelos. Y le regalaron el registro.

En la caja de la tienda le entregaron el producto después de separar los billetes falsos de los billetes de curso legal. Y salió muy contenta a la calle con su regalo, satisfecha de haber logrado la hazaña nunca vista.

Los números finales de la señora son sencillamente ­inaceptables y quizá eso diga el Tribunal Electoral cuando los otros, los perdidosos (Ríos y Rodríguez), acudan a la barra y digan: esto no puede ser y quedamos coludos todos o rabones los tres, porque la señora entregó 212 mil 198 fotocopias; 6 mil 714 documentos de otra índole; 498 mil 262 firmas de personas ajenas al padrón y 432 “simulaciones”; es decir, datos de personas quienes ni siquiera supieron el uso de su identidad.

Un fraude puro y maduro, pues.

Pero la conveniencia política se inclinó por ella y le dio lo prometido.

Ya es candidata (excepto si el TEPJF se lo derriba) y de nuevo, “haiga sido como haiga sido”, la familia Calderón se acerca al arrancadero de una carrera cuyo triunfo le daría a don Felipe el anhelado camino para volver a Los Pinos, de la mano de su cónyuge y en el rol (aparente), de “primer señor” de la Nación con capacidad persuasiva suficiente para gobernar en lugar de esta Lady Macbeth de “petatiux”.

Otro fraude a la ley.

Pero en tanto se descorchan los espumosos del festejo en Las Águilas, Jaime Rodríguez, a quien apodan como todos sabemos, brinca y nos advierte, no han soltado al tigre; han despertado al México bronco y jura y perjura acudir a las instancias legales para pelear su caso y de pasadita dice lo obvio, pero no por evidente, menos cierto: el INE está secuestrado por los intereses políticos y de los partidos y con este árbitro las cosas no van a caminar con limpieza ni claridad, y entonces anuncia el camino de la pendencia o quizá el retorno a la silla junto al Cerro de la Silla.

Por su parte Ríos Piter, cuyo jaguar de indignación se ha desatado, acusa al consejero Benito Nacif de chueco y mentiroso, pues una cosa le dijo el jueves y otra dio a conocer el viernes en cuanto a la manita cuyos dedos largos y negros mecieron la cuna de las filtraciones para frenar a los otros aspirantes, o por lo menos a él.

Y Pedro Ferriz de Con, se mete a la inútil tramitología de registrarse como candidato, apoyado sólo en la premisa constitucional de su derecho a votar y ser votado, y siendo él quien primero denunció todo este manejo de credenciales falsas y paquetes a la venta para satisfacer los requisitos infames de este registro, anuncia su intención de internacionalizar el conflicto y acudir a la OEA, a la ONU y hasta a los tribunales del espacio, desde donde, como todos sabemos por su padre, “un mundo nos vigila”.

Pero esa es la realidad de la “democracia” mexicana. Un trinquete por aquí, una transa por allá, una urna rellena, una casilla vacía, un compendio de requisitos lleno de mentiras y documentos falsificados.

Y en el escaso espacio de las buenas noticias, la Auditoría Superior de la Federación se ocupa con David Colmenares Páramo, un hombre intachable, de buena reputación técnica, quien promete acelerar los trabajos de esa institución del Poder Legislativo, cuya función es supervisar la calidad del gasto en un país donde todo se falsifica, como los documentos electorales de los candidatos “independiente”, los cuales dependen del cochupo y la engañifa.

Como dijo aquel: “…may the force be with you…”

A veces se tiene la impresión de un Andrés Manuel López queriendo quedar bien con Dios y con el diablo y eso es imposible. Quien quiere gobernar para todos y darles a todos por su lado, termina sin gobernanza, despierta al México bronco o suelta al tigre en la casa. Y al final, como dijo el gallego, la caga.

Hoy no tiene cara Andrés Manuel para festejar el día de la “Expropiación petrolera”, la rancia hazaña cardenista hoy sin sentido ni memoria, mientras su paniaguado, Alfonso Romo, se la ha pasado a contracorriente del dictado moral de Morena para revertir la reforma energética.

Dice Suárez Vélez, frente a las críticas congruentes de Paco Ignacio Taibo II a esta condescendencia privatizadora en contra del goma fundacional, se le pueden poner las peras a 25 y correr el riesgo de ser rebasado por los suyos.

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