Blockchain ¿una alternativa para las elecciones en México?

La tecnología de Blockchain aplicada en las elecciones en México podría derivar en procesos más seguros, transparentes e incluso representarían un importante ahorro, aunque el país aún está lejos de que eso sea realidad.

Lo primero es entender qué es el blockchain. La tecnología de cadena de bloques, explica Carlos Mejía, socio y Director Comercial de OFI, funciona como un tren al que se le van agregando vagones.

Cada vez que se agrega información, es como agregar un nuevo vagón. Toda vez que se agrega un vagón nuevo, se le genera un número de identidad de 256 caracteres. Para ello, existen 20 empresas que trabajan a la par para generar dichos números de identificación. Cuando una de ellas crea un bloque con su respectivo número, las otras 19 lo validan y crean una copia de seguridad del mismo.

“Si tú haces la generación de una casilla donde tiene ‘equis’ número de votos, generas un bloque y al hacer la transmisión de esos datos se hace una valoración de que el bloque no sea modificado. Cada bloque posterior que se va generando está ligado al número de identidad anterior y cada bloque por su parte crea un nuevo número de identidad”, explica el experto.

Mejía indica que si alguien quiere vulnerar un bloque, existen otras 19 copias que indican automáticamente que ese dato es incorrecto. Mejía asegura que en cinco años de uso de dicha tecnología, que se utiliza para la generación de criptomonedas, no existe en el mundo un solo caso en el que un intento de hacer una defraudación haya tenido éxito.

Para Mejía, la tecnología de cadena de bloques generaría dos beneficios muy puntuales. El primero es la certeza y garantía de los resultados de la elección. Primero, se conseguiría saber a ciencia cierta que los votantes son las mismas personas que acuden a las urnas. Para ello debería generarse una estructura, que debería estar a cargo de Segob según el experto, de identidad digital de todos los ciudadanos.

Esa tecnología conllevaría un proceso arduo de entre 4 y 6 años en el que se integraría toda la información relacionada con una persona, desde huella digital hasta documentos como el Curp, certificados y actas, entre otros.

Esto serviría para evitar la doble identidad, la compra de votos y la duplicidad de los mismos.

Posteriormente se deberá crear una boleta digital. Una vez que se tenga una estructura de identidad digital y una boleta electrónica, se podrían generar bloques por voto y posteriormente por casillas para poder tener conteos adecuados y que no podrían ser manipulados.

Lo más difícil, según Mejía, sería el proceso de aprobación de dichas tecnologías entre los legisladores, ya que asegura que el software y hardware necesarios para lograrlo, ya existen.

“Tecnológicamente se tienen los elementos para ejecutarlo. Se necesita tener un sustento legal en donde se ampare el uso de ese tipo de urnas que hoy no están reguladas, es indispensable. Se requiere también un proceso de adopción. No podemos cambiar de una votación a otra en decir ‘hoy hago una elección con papel y al siguiente proceso la hago electrónica’ porque ahí evidentemente hay un choque inicial de uso de una tecnología diferente a la habitual”, señaló el experto.

El segundo aspecto en el que la cadena de bloques y la digitalización de la elección sería económico. Mejía señaló que realizar unas elecciones cuesta cerca de 25 mil millones de pesos de los cuales en impresión de boletas se gastan cerca de 300 millones de pesos, un gasto recurrente que sería eliminado.

Finalmente el experto considera que el proceso de generación de identidad digital, la creación de un software y hardware de boletas digitales junto con la aprobación de los legisladores y un proceso de adopción de los ciudadanos a dicha tecnología, conllevaría alrededor de 8 años, por lo que aún estamos lejos de que lo anterior se vuelva realidad.

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