¿Qué tamaño debe tener un aerogenerador doméstico?

Redacción

De la misma manera que tendremos que calcular el número de paneles solares que debe tener una instalación fotovoltaica para generar y almacenar la cantidad de electricidad verde que será necesaria para nuestro hogar o industria, si lo que queremos es aprovechar la energía eólica e instalar un aerogenerador doméstico, es decir, de pequeño tamaño, tendremos que hacer una evaluación semejante.

Existen varios factores a valorar. Por un lado, hay que tener en cuenta el terreno en el que nos hallamos, que determinará el lugar en el que instalaremos el aerogenerador o turbina eólica. Si disponemos de una pequeña colina cercana en la que sopla libremente el viento, lo aprovecharemos mejor que si nos encontramos en una zona protegida. Es incluso posible que en una misma propiedad el viento se presente de diferentes formas. Será pues necesario medir o encontrar información sobre las velocidades típicas del viento a lo largo del año, las direcciones más habituales desde las que sopla, y localizar posibles obstáculos actuales que puedan dificultar las operaciones (árboles, casas, etc.) y aquellos futuros (árboles que crecerán, nuevas casas o edificios). En todo caso, nuestro aerogenerador doméstico deberá ser colocado a “barlovento” de cualquier edificio o árbol, es decir, orientado hacia donde sopla el viento, y al menos a 10 metros por encima de cualquier obstáculo presente a 100 metros a la redonda.

Por otro lado, habrá que dejar suficiente espacio para que la torre donde se instale el aerogenerador pueda ser elevada o tumbada para su mantenimiento. Teniendo en cuenta que la resistencia de los cables provoca pérdida de electricidad, nos interesará además situarnos lo más cerca posible del lugar donde esta se consumirá, o sea, que los cables sean lo más cortos posible. La corriente continua sufre mayores pérdidas, así que si tenemos un cable largo, será mejor pasar de corriente continua a alterna.

En cuanto al tamaño de los aerogeneradores, hay que tener en cuenta que para aplicaciones residenciales, estos tienen un tamaño pequeño, siendo capaces de generar entre 400 vatios y 20 kilovatios. Si consideramos que un hogar típico puede gastar alrededor de 11.000 kilovatios-hora al año, y dependiendo de la velocidad promedio del viento en la zona, podríamos tener que utilizar un aerogenerador que pueda operar entre los 5 y los 15 kilovatios. Más modestamente, un aerogenerador de 1,5 kilovatios sería suficiente para las necesidades de una casa que precise 300 kilovatios-hora al mes en un lugar donde la velocidad del viento anual promedio sea de unos 6,26 metros por segundo.

Naturalmente, antes de decidir adquirir un sistema grande, con el coste que ello comporta, es probable que nos interese antes buscar formas de disminuir el consumo eléctrico de nuestro hogar. Para una misma turbina, además, la altura de su torre afectará a la cantidad de electricidad que será capaz de generar. Por eso deberemos informarnos antes y pedir al fabricante que nos oriente al respecto. Tendremos en cuenta la curva de potencia específica del aerogenerador, la velocidad media anual del viento en nuestra ubicación, la altura de la torre, el número de horas que soplará el viento a cada velocidad durante un año en general, y la altitud de nuestra ubicación. El resultado de integrar todos estos factores en un cálculo realizado por el instalador o fabricante nos indicará el tipo de instalación que necesitaremos.

Como en el caso de los paneles solares, un aerogenerador puede estar conectado a la red eléctrica convencional. Solo obtendremos electricidad de esta última si nuestra turbina no produce la suficiente. Al contrario, si genera un exceso, esta se enviará a la red. Esta conexión será especialmente interesante si vivimos en una zona con una velocidad promedio del viento anual de 4,5 m/s, si el precio de la electricidad comercial es muy elevado y si las condiciones para conectar nuestro sistema a la red no son prohibitivamente caras.

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