#Coronavirus: Comunicación de López Obrador

El Coronavirus hace su anunciada aparición en México cuando la epidemia alcanza nivel de “alta peligrosidad” para la seguridad sanitaria en el mundo, según la OMS. La información del brote y su propagación se genera en “tiempo real” como nunca por las nuevas tecnologías moleculares de diagnóstico y plataformas de información que no existían hace 10 años, en la crisis de la Influenza H1N1. Es un desafío a las capacidades de salud de cada país, pero también un reto a las estrategias de comunicación para controlar riesgos en la población de un patógeno desconocido.

Desde antes de identificarse los primeros brotes, se comenzó a cuestionar la preparación de México para responder al contagio, auspiciada por el temor al desorden que proyecta el sistema de salud para la atención de enfermedades graves y el desabasto de medicinas. Hay índices de riesgos biológicos de catástrofes globales como el GHS del Centro Johns Hopkins que señala que estamos mejor que muchos otros, incluso más desarrollados. Y, a diferencia de la crisis de influenza de 2009 con Calderón, ahora el gobierno actuó rápido para detectar e informar sobre 10 casos sospechosos y la confirmación de los primeros. El Presidente aseguró que el país si está preparado en un mensaje en la conferencia mañanera donde se dio a conocer su presencia.

Sin embargo, poco se ha discutido sobre la eficacia de la comunicación gubernamental y articulación de sus mensajes para mitigar el contagio, a pesar del manejo presidencial de la agenda pública. La respuesta al coronavirus no es sólo un problema de salud pública, sino también de comunicación para prevenir y mitigar su expansión. Al respecto, la primera valoración es que falta comunicación adecuada sobre riesgos y articulación para que los datos lleguen a la población sin desatar pánico o agravar desconfianza hacia las autoridades por percibir debilidad en el sistema de salud. De las mayores diferencias con la crisis de influenza es que ésta se propaga en tiempo real y a través de las redes, que implican oportunidades y también retos para su control.

La información gubernamental no ha sido homogénea ni se aprecia una estrategia para su manejo en redes y propagación de noticias falsas. El Presidente intenta transmitir mensajes de calma y de rebajar su peligrosidad, mientras el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, pronostica que una tercera parte de la población podría contagiarse en base a estimaciones de la influenza H1N1, un patógeno distinto al coronavirus. Recula y dice que más del 90% de los casos son leves, pero sin una explicación adecuada de los riesgos, lo que debilita el mensaje. Pide dejar besos y abrazos, mientras su jefe se abraza y besa a la gente en sus mítines.

López Obrador también concentra la comunicación sobre la epidemia en la mañanera, sin que se aprecie coordinación entre las dependencias y con los estados. Al tiempo que ofrece el desembarco de un crucero con casos sospechosos por “razones humanitarias”, el gobierno de Quintana Roo pedía detener la autorización hasta tener las pruebas de detección de coronavirus en una clara descoordinación entre niveles de gobierno. La desarticulación entre dependencias involucradas también puede observarse en la ausencia, por ejemplo, de relaciones exteriores o protección civil, además de la falta de un vocero que homologue los mensajes y la información oficial.

La mala difusión de información puede complicar aún más la emergencia por generar desconfianza hacia las acciones gubernamentales. Calderón recibió duras críticas por avisar tarde de la influenza y un manejo poco transparente hasta su sobredimensionamiento. Para el gobierno de López Obrador el reto es ser capaz de manejar adecuadamente la información sobre riesgos y articular mensajes para que lleguen a la población. Hace una década no existía la comunicación digital como canal directo con la ciudadanía, aunque también como espacio de noticias falsas como las que desataron largas filas en farmacias y agotaron cubrebocas tras confirmarse los primeros casos.

Noticias

Síguenos en redes