Confinamiento, tema bilateral México-EU

La urgencia de EU por reactivar su economía espolea la política para definir industrias y calendario con el fin de levantar el confinamiento en México, aunque, hasta ahora, sin acuerdos públicos con estados y municipios. En este proceso, otro ángulo ciego se sitúa en la perspectiva de la evolución de la pandemia. El presidente Trump se dice dispuesto a saltar ese obstáculo, aunque provoque la muerte de más estadunidenses. ¿Es ésa la lógica que espera también de México para restablecer las cadenas productivas, aunque el canciller Ebrard rechace que el confinamiento sea un tema bilateral?

No obstante la baja visibilidad para conducir el proceso y el riesgo de rebrotes, la suerte está echada. López Obrador analiza escenarios para reactivar industrias vinculadas a cadenas de valor con sus socios comerciales, después de fuertes presiones de legisladores, empresarios y el Pentágono, que le piden definir áreas esenciales para sincronizar el descongelamiento económico. Su discurso, cargado los últimos días de expresiones triunfalistas sobre el COVID-19, y los anuncios de López-Gatell sobre el “aplanamiento de la curva” de contagio apuntan a preparar a la opinión pública para reanudar operaciones. Lo haremos, otra vez, sin considerar pruebas masivas que den números confiables sobre el contagio e incluso con la confianza mermada en el monitoreo de la pandemia. Pero es difícil negar reciprocidad a un aliado al que apuesta todo para enfrentar la recesión más profunda en un siglo.

La reapertura de consulados el 15 mayo parece el “pistoletazo” de salida de acuerdos bilaterales convenientes para ambos gobiernos para reanimar las alicaídas economías y evitar que otras potencias, como China, tomen la delantera en la salida de la crisis sanitaria, pero en ambos casos con acuerdos precarios con sus estados interiores. La fecha coincide con la que anunció López-Gatell sobre reanudar actividades en 979 municipios el 17 de mayo si hubiese bajo o nulo contagio, ni colindancia con zonas de alta transmisión. Ese momento se acerca, pero sin conocerse los criterios de evaluación que, por otro lado, parecen difíciles de aterrizar sin saber aún el techo del contagio que se alcanzará en estos días.

Además, la curva de contagio en los estados no es homogénea, lo que hace más incierto aplicar criterios para regionalizar las medidas, aunque, según los empresarios, la reapertura se dará por región y no por actividades esenciales. Apenas el pasado 4 de mayo inició el Plan DNIII en el Valle de México, Tijuana, Mexicali, Culiacán, Villahermosa y Cancún, por tratarse de sitios con alto contagio, a la vez que también tienen alta concentración de actividad industrial algunos de ellos. ¿Estarán incluidos? ¿Cuál es la estrategia para salir del confinamiento?

La salida, sin embargo, no será motivo de confrontación con los empresarios mexicanos, entre los cuales lo han urgido a abrir y muchos, incluso, no han cumplido con el confinamiento, como exhibió el Gobierno de la CDMX. Coinciden con el gobierno que es imprescindible, como principal vía para resistir una recesión de tamaño inédito en el país, que incluso ven como oportunidad para homologar cadenas de valor y aprovechar el corte de suministros para sustituir algunos de Asia o Europa. Menos claro es quién y cómo definir la estrategia, puesto que nadie quiere asumir los costos sanitarios de una salida precipitada del confinamiento bajo la justificación del tsunami económico, con caídas pronosticadas del PIB de entre 7% y 12% en 2020.

Por lo pronto, el Presidente trata de anticiparse a esos datos catastróficos con sus lecciones sobre la crisis y el abandono del PIB como unidad de medida de la recesión, para transmutar, en el discurso, a categorías abstractas, como la del “bienestar”. A la vez que cede a la presión para apurar la reactivación de actividades con un socio comercial al que está especialmente agradecido por la ayuda y su auxilio en la crisis sanitaria, como en el acuerdo con la OPEP o la venta de ventiladores. Como dijo el canciller mexicano, en las dificultades es cuando se conoce a los amigos y EU es amigo de México o, por lo menos, el presidente Trump, quien ha sido un aliado de López Obrador en la crisis sanitaria y, como suele decir: “amor, con amor se paga”. O cuando menos hasta la próxima elección sobre su reelección.