Un puente curvado entre dos cúmulos de galaxias

Redacción

Un reciente estudio, basado en datos de los observatorios de rayos X XMM-Newton de la ESA y Chandra de la NASA, arroja nueva luz acerca de un puente de gas caliente de tres millones de años luz de longitud que une dos cúmulos de galaxias y cuya forma está curvada por la poderosa actividad de un agujero negro supermasivo cercano

Los cúmulos galácticos son los mayores objetos unidos por gravedad del universo. Contienen de cientos a miles de galaxias, grandes cantidades de gas a millones de grados que resultan muy brillante en rayos X, y enormes reservas de invisible materia oscura.

El sistema que aparece en estas imágenes, llamado Abell 2384, se encuentra a 1.200 millones de años luz de la Tierra y tiene una masa total que es más de 260 billones de veces la del Sol. En este caso, los dos cúmulos colisionaron y se cruzaron, liberando un flujo de gas caliente que formó un puente entre ambos objetos.

La vista en rayos X de XMM-Newton y Chandra se muestra en azul, junto a observaciones en ondas de radio efectuadas con el Radiotelescopio Gigante de Ondas Métricas (GMRT) de la India (en rojo) y datos ópticos del atlas Digitized Sky Survey (en amarillo). La nueva vista en múltiples longitudes de onda revela los efectos de un chorro liberado por un agujero negro supermasivo en el centro de una galaxia en uno de los cúmulos.

Este chorro es tan potente que curva la forma del puente de gas, que tiene una masa equivalente a la de seis billones de soles. En el lugar de la colisión, donde el chorro empuja el gas caliente del puente, los astrónomos han encontrado pruebas de un frente de choque, similar al estampido sónico de un avión supersónico, que puede mantener el gas caliente e impedir que se enfríe para formar nuevas estrellas.

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(Foto :X-ray: NASA/CXC/SAO/V.Parekh, et al. & ESA/XMM-Newton; Radio: NCRA/GMRT)

Objetos como Abell 2384 son importantes para que los astrónomos entiendan el crecimiento de los cúmulos galácticos.

Las simulaciones por ordenador indican que, tras una colisión de este tipo, los cúmulos oscilan como un péndulo y se entrecruzan varias veces antes de fusionarse para formar otro mayor. Basándose en estas simulaciones, los astrónomos creen que los dos cúmulos de este sistema acabarán por fusionarse.

El estudio que describe este trabajo, liderado por Viral Parekh, del Observatorio de Radioastronomía de Sudáfrica (SARAO) y la Universidad de Rhodes (Sudáfrica), fue publicado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society en enero.

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