Robots cocineros, ¿ciencia o ciencia-ficción?

Redacción

Para algunas tareas industriales simples y repetitivas, los robots han demostrado una gran eficiencia. Ese es el caso de los típicos brazos robóticos de las cadenas de montaje en factorías. En el ámbito doméstico, los robots han demostrado ser capaces de barrer, aspirar y fregar. Sin embargo, hay una tarea doméstica que requiere habilidades intelectuales y físicas más complejas y con un toque “humano”: cocinar. Un experimento fascinante pero polémico de aprendizaje automático plantea ahora el dilema de si los robots cocineros dejarán sin empleo a algunos cocineros humanos en un futuro quizá no muy lejano.

Un robot que pueda cocinar ha sido a menudo un sueño de los autores de ciencia-ficción y una aspiración de los robotistas y otros científicos desde hace décadas. A medida que las técnicas de inteligencia artificial han ido avanzando, diversas empresas de robótica han construido prototipos de robots cocineros, aunque ninguno de ellos está actualmente disponible en el mercado, y van muy por detrás de sus homólogos humanos en términos de habilidad.

El equipo de Fumiya Iida, de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido, en colaboración con la empresa Beko, se valió de aprendizaje automático para adiestrar a un robot cocinero en cuestiones de preferencias culinarias, un campo altamente subjetivo. El aprendizaje automático es un tipo de inteligencia artificial que permite a los programas de ordenador aprender cosas cuando se exponen a nuevos datos, sin necesidad de ser reprogramados.

“Cocinar es un problema realmente interesante para los robotistas, ya que los humanos nunca podemos ser totalmente objetivos en lo que se refiere a la comida, así que ¿cómo evaluamos como científicos si el robot ha hecho un buen trabajo?”, expone Iida.

Enseñar a un robot a cocinar es una tarea desafiante, ya que se debe lidiar con problemas complejos como la manipulación de enseres y de la propia comida por el robot, la visión por ordenador, la detección de humanos que estén en la misma sala (algo habitual en una cocina) y la interacción humano-robot, además de, por supuesto, producir un producto final de suficiente calidad culinaria.

[fusion_builder_container hundred_percent=

Robot cocinero preparando una tortilla. (Foto: University of Cambridge)

Además, las preferencias de sabor difieren de una persona a otra; apenas hay criterios aplicables a toda la población. Por otro lado, a menos que el robot cocinero sea un androide (con forma humana), es necesario desarrollar herramientas especiales para que prepare los alimentos.

Otros grupos de investigación han entrenado a robots para elaborar galletas, panqueques e incluso pizza, pero estos robots cocineros no han sido optimizados para las muchas variables subjetivas que intervienen en el arte de cocinar.

Las tortillas han sido consideradas durante mucho tiempo una prueba de habilidad culinaria. En palabras de Iida, una tortilla es uno de esos platos que son fáciles de elaborar, pero difíciles de elaborar bien. Por eso, Iida y sus colegas pensaron que sería una prueba ideal para validar la mejora en las habilidades de un robot cocinero.

El equipo de Iida entrenó a un robot cocinero para preparar una tortilla, desde el paso inicial de romper los huevos hasta el paso final de colocar la tortilla en su posición extendida típica dentro del plato a servir a los comensales. El resultado del entrenamiento es muy prometedor; el robot cocinero ha logrado preparar tortillas con suficiente calidad culinaria. “Las tortillas en general sabían muy bien, ¡mucho mejor de lo esperado!”, confiesa Iida.

Los resultados de esta singular investigación sobre gastronomía y robótica muestran que el aprendizaje automático puede ser utilizado para obtener mejoras cuantificables en la optimización de alimentos. Además, este enfoque puede extenderse fácilmente a otros cocineros robóticos.

[/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]

Noticias

Síguenos en redes