¿Qué tan cerca se está de obtener una vacuna contra el Covid-19?

Redacción

La Organización Mundial de la Salud tiene registro de 140 proyectos de vacuna contra el coronavirus en ensayos preclínicos. De ellos, 19 se encuentran en la fase 1; 11 están en la fase 2 y tres pasaron ya a la fase 3.

En los ensayos preclínicos, los investigadores dan la vacuna a animales, para ver la respuesta inmunológica.

En la fase 1, la vacuna se le da a un grupo muy reducido de personas, para saber si es segura y verificar la respuesta inmunológica que provoca.

En la fase 2, la vacuna la reciben cientos de personas – voluntarios- para que los científicos verifiquen que es segura y cuál dosis es la correcta.

En la fase 3, miles de personas reciben la vacuna para confirmar que es segura, sus efectos colaterales y su efectividad. En estos ensayos, hay un grupo de control, al que se le da un placebo, para verificar qué tanto funciona la vacuna en el grupo al que sí se le suministró.

La firma estadounidense Moderna fue la primera en mostrar avances y en anunciar que su vacuna genera anticuerpos neutralizantes. Los científicos inyectan fragmentos de ARN (el código genético), que comienza a producir proteínas virales, para desatar una respuesta inmunológica. Provocó una fuerte respuesta inmunitaria en los 45 voluntarios que participaron en la fase 1.

Una vacuna parecida, que desarrolla la alemana BioNTech, junto con Pfizer, obtuvo resultados similares en otro ensayo con 45 personas. Tanto esta vacuna como la de Moderna producen la proteína S, que es la que utiliza el Covid-19 para entrar en las células humanas. Ninguna registró efectos colaterales graves.

La firma china Sinovac está desarrollando una vacuna que contiene una versión sin activar del patógeno (en este caso el Covid-19) administrada para provocar una reacción en el paciente. Pasó ya a la fase 3 en Brasil, donde desde hoy está previsto comience a ser suministrada a 9 mil voluntarios, todos ellos trabajadores de la área de la salud. Ha sido bautizada como CoronaVac.

Una vacuna de la Universidad de Oxford (con el laboratorio AstraZeneca) pasó también a la fase 3 en Reino Unido (con 10 mil personas), en Brasil (con 5 mil personas) y Sudáfrica (con 2 mil personas). Está hecha a base de un virus genéticamente fabricado que ocasiona el resfriado común en chimpancés.

Los científicos lo modificaron, de forma que no ocasione infecciones en personas y se asemeje más al coronavirus. Transfirieron a la vacuna las instrucciones genéticas para lo que se conoce como “proteína del pico” del Covid-19, que es la herramienta clave que éste emplea para invadir las células humanas. De ese modo, al parecerse al coronavirus, permite al sistema inmune de las personas aprender la manera de luchar contra el virus.

En Australia, el Instituto Murdoch de Investigaciones Infantiles está probando algo distinto: se encuentra en la fase tres de ensayos de una vacuna contra la tuberculosis que tiene 100 años de haberse creado, la BCG. El objetivo no es proteger directamente contra el Covid-19, sino generar una respuesta inmunológica. En otras palabras, la vacuna “entrenaría”  al sistema inmune para reconocer y reaccionar ante una variedad de infecciones, incluyendo virus, bacterias y parásitos.

La firma china CanSino Biologics, junto con el Instituto de Biotecnología de Beijing (cercano al ejército), anunciaron resultados prometedores de la fase 2 de la vacuna que desarrollan y se aplicó a unos 500 participantes. Se basa, igual que la de Oxford, en un adenovirus modificado, que no se replica, lo que las hace más seguras para los pacientes más frágiles. No generó efectos colaterales graves pero sí, igual que la de Oxford, fiebre, fatiga y dolor en la zona de la inyección.

Se trata de la primera vacuna que es autorizada para su uso, aunque sólo, por ahora, en el ejército chino.

En Rusia concluyó la fase de pruebas clínicas de una vacuna desarrollada por el Ministerio de Defensa junto con el Centro Nacional de Epidemiología y Microbiología Gamaleya. Entre los voluntarios figuran 50 militares y 10 empleados sanitarios.

En todos los casos, desarrollaron una respuesta inmunitaria, sin que se hayan registrado complicaciones o efectos secundarios indeseados.

Los científicos dijeron esperar que los órganos reguladores aprueben el uso masivo de la vacuna en agosto y septiembre, de modo que pudiera salir al mercado en octubre.

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