Redacción
Tras la muerte de la jueza Ruth Bader Ginsburg, a los 87 años, por las complicaciones de cáncer, el presidente Donald Trump puede nombrar a otro integrante de la Corte Suprema.
El pasado 9 de septiembre, el mandatario reveló una lista de potenciales jueces en donde se incluyó a tres senadores republicanos: Ted Cruz, de Texas; Tom Cotton, de Arkansas; y Josh Hawley, de Missouri, quienes son aliados políticos del mandatario.
También estaban Noel Francisco, quien fue el principal abogado de la Corte Suprema de la administración Trump; Daniel Cameron, fiscal general de Kentucky; y Paul Clement, el principal abogado de la Corte Suprema bajo el ex presidente republicano George W. Bush.
Trump dijo el mes pasado que trataría “absolutamente” de llenar una vacante si surgiera una antes del final de su primer mandato. “Me movería rápido”, dijo Trump en una entrevista con el locutor de radio conservador Hugh Hewitt. “¿Por qué no? Quiero decir, lo harían. Los demócratas lo harían si estuvieran en esta posición “.
El nombramiento podría dar forma a decisiones importantes, incluido el derecho al aborto, así como cualquier desafío legal que pueda surgir de las elecciones de 2020.
El candidato demócrata Joe Biden ha prometido nominar a una mujer negra a la Corte Suprema si tiene la oportunidad. Ha dicho que también está trabajando en una lista de posibles nominados, pero la campaña no ha dado indicios de que dará a conocer nombres antes de las elecciones.
Desde que asumió en 2017, Trump nominó jueces conservadores. En Estados Unidos, el presidente nomina a esos jueces y los confirma el Senado. Los magistrados son nombrados de por vida.
