Redacción

La plataforma de aterrizaje de la misión china Chang’e-5 consiguió posarse con éxito sobre la Luna el pasado 1 de noviembre, lista para capturar dos kilogramos de muestras de la superficie y llevarlas posteriormente de vuelta a la Tierra.

Tras el lanzamiento del vehículo el 23 de noviembre y realizadas varias correcciones de trayectoria, el conjunto utilizó sus motores durante 17 minutos para frenar su marcha y entrar en órbita alrededor de la Luna el 28 de noviembre. La maniobra sirvió para situarlo en una órbita de 216 por 5.585 km alrededor de nuestro satélite.

Los controladores de la misión pasaron los siguientes días comprobando todos los sistemas de la sonda, preparándola para el descenso hacia la superficie lunar. El 29 de noviembre, el vehículo de alunizaje se separaba de la etapa de propulsión e iniciaba un vuelo independiente, usando su propio motor para ajustar su órbita y acercándola hacia la superficie.

Las maniobras duraron varias horas y culminaron el 1 de diciembre. A las 14:57 UTC, se inició el descenso final: después de mantenerse estable a unos 100 metros sobre la superficie, el vehículo redujo lentamente su velocidad y descendió hasta lograr un alunizaje suave, a las 15:11 UTC, según las fuentes oficiales.

El tomatierras de la Chang’e-5 se posó en el Océano de las Tormentas, una zona situada en la zona visible de la Luna, y más concretamente, en las cercanías de Mons Rümker, un área volcánica de interés, en el hemisferio norte del satélite. El punto de aterrizaje anunciado quedó establecido en una latitud de 43,1 grados norte, y una longitud de 51,8 grados oeste.

(Foto: CNSA)

Las operaciones estaban siendo comentadas por la televisión china, pero la retransmisión de la última fase del alunizaje fue suspendida, haciendo pensar que había sido retrasada. Sin embargo, pocos minutos después, se anunciaba el aterrizaje exitoso de la sonda.

En la superficie, el vehículo abrió sus paneles solares y la antena de comunicaciones. Durante las siguientes horas, se obtendrían diversas imágenes del entorno y se inició la crucial obtención de muestras del suelo lunar, incluyendo el uso de una broca para extraerlas desde una cierta profundidad (hasta 2 metros), así como de una pala para recoger rocas de la propia superficie.

La carga total esperada, unos dos kilogramos, será introducida en un receptáculo provisional. Si todo va bien, un vehículo de ascenso la llevará el 3 de noviembre hacia la órbita lunar, donde la nave se acoplará al resto del vehículo.

Allí las muestras serán transferidas a una cápsula, operación que será seguida posteriormente por la expulsión del vehículo de ascenso y el inicio de las maniobras adecuadas para abandonar la órbita lunar. Se espera que la misión concluya con un aterrizaje en China a mediados de diciembre, 44 años después de la última recepción de muestras lunares.