La InSight se prepara para un duro invierno marciano

Redacción

La sonda espacial InSight de la NASA, que aterrizó en Marte el 26 de noviembre de 2018, deberá afrontar un invierno marciano que resultará difícil por varias razones.

La InSight recibió recientemente una prórroga de su misión por otros dos años, lo que le dará tiempo para detectar más terremotos, diablos de polvo (llamativos remolinos que arrastran polvo) y otros fenómenos en la superficie de Marte. Aunque el equipo de la misión tiene previsto seguir recopilando datos hasta bien entrado el año 2022, el aumento del polvo depositado sobre los paneles solares de la nave y el inicio del invierno marciano han llevado a la decisión de limitar temporalmente el funcionamiento de sus instrumentos a cambio de conservar energía para los sistemas vitales de la nave.

InSight fue diseñada para ser duradera. Este vehículo de descenso o aterrizador está equipado con paneles solares de 2 metros, que deberían suministrarle energía de sobras. El diseño de InSight se basó en el de los rovers robóticos exploradores Spirit y Opportunity, que funcionaban con energía solar, con la expectativa de que los paneles reducirían gradualmente su potencia a medida que el polvo se depositara sobre ellos pero incluso así conservarían suficiente potencia para durar los dos años de la misión principal (completada en noviembre de 2020).

Además, el equipo de la InSight eligió un lugar de aterrizaje en Elysium Planitia, una llanura barrida por el viento en el ecuador del Planeta Rojo que recibe mucha luz solar. Se esperaba que el paso de los diablos de polvo pudiera arrancar el polvo depositado sobre los paneles, limpiándolos, un suceso que les ocurrió muchas veces al Spirit y al Opportunity, permitiendo que duraran años más allá de su vida útil.

Pero a pesar de que la InSight ha detectado cientos de diablos de polvo pasando por allí, ninguno se ha acercado lo suficiente como para limpiar esos paneles del tamaño de una mesa desde que se desplegaron en Marte en noviembre de 2018. Hoy, los paneles solares de la InSight están produciendo solo el 27% de su capacidad sin polvo. Esa energía tiene que ser compartida entre los instrumentos científicos, un brazo robótico, la radio y diversas “estufas” que mantienen la temperatura idónea para que todo siga en funcionamiento a pesar de las temperaturas bajo cero. Dado que la estación con más viento de todo el año marciano acaba de terminar, el equipo no espera en los próximos meses la ayuda providencial de algún diablo de polvo que arranque el polvo de los paneles solares y los deje limpios.

Marte se está acercando a lo que se denomina afelio, el punto de su órbita en el que se encuentra más alejado del Sol. Esto significa que la ya débil luz solar en la superficie marciana se está volviendo aún más débil, reduciendo el suministro eléctrico para la InSight justo cuando más necesita su calefacción para mantenerse caliente. Marte empezará a acercarse de nuevo al Sol en julio de 2021, tras lo cual el equipo empezará a reanudar las operaciones científicas normales.

Durante las próximas semanas y meses, los científicos de la InSight seleccionarán cuidadosamente qué instrumentos deben apagarse cada día para ahorrar energía y poderla destinar a los dispositivos calentadores y para las actividades de mayor importancia que consumen mucha energía, como la comunicación por radio. Es probable que los sensores meteorológicos de la InSight permanezcan apagados la mayor parte del tiempo (lo que se traducirá en actualizaciones poco frecuentes de la página meteorológica de la misión), y todos los instrumentos tendrán que estar apagados durante algún tiempo poco antes y poco después del afelio.

Actualmente, los niveles de energía parecen lo bastante altos como para que el módulo de aterrizaje pase el invierno sin riesgos severos. Pero la generación de energía solar en Marte es siempre un poco incierta. El rover Opportunity se vio obligado a apagarse después de que una serie de tormentas de polvo oscurecieran el cielo marciano en 2019, y el Spirit no sobrevivió al invierno marciano de 2010. Si la InSight se quedara sin energía debido a una repentina tormenta de polvo (que oscurece la atmósfera y reduce notablemente la luz solar que alcanza la superficie), está diseñada para poder reiniciarse cuando vuelva a recibir suficiente luz solar, siempre y cuando sus componentes electrónicos hayan sobrevivido al frío extremo.

 

Diversos socios europeos colaboran en la misión de la InSight. Por ejemplo, el Centro de Astrobiología (CAB) de España aportó los sensores de temperatura y viento de la nave.

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