Los mejores proyectos ecológicos caseros para niños

Redacción

Incentivar la curiosidad, estimular la participación y la creatividad, desarrollar las habilidades manuales, fomentar la reutilización y el reciclaje… Plantear y ejecutar proyectos ecológicos para niños tiene múltiples ventajas. Además, este tipo de actividades despiertan en ellos la conciencia ecológica. En estos momentos en que el cambio climático ya es una realidad, este es un aprendizaje necesario.

 

Pues bien, en estos últimos meses los proyectos caseros se han puesto de moda. Las semanas de confinamiento estricto, con los colegios cerrados, ha obligado a muchos padres y madres a tirar de imaginación o de propuestas que desconocían, y este tipo de experimentos ha aparecido como una alternativa ideal: entretienen a los niños, les sirve para aprender y, lo que es todavía más importante, les educan en valores como el trabajo en equipo, el respeto al medio ambiente o los beneficios del reciclaje, la reutilización y la reducción de los residuos.

 

Hay decenas de proyectos ecológicos caseros que se pueden hacer con niños. Nosotros hemos tomado dos proyectos de la web Hablando en Vidrio.

 

Evita la tala de árboles fabricando tu propio papel

 

Según la web Recicamp, cada persona consume de media 48 kilos de papel al año. Se estima que solo en oficinas se usan 115.000 millones de hojas de papel y que el consumo mundial de papel supera los 268 millones de toneladas al año, cada una de las cuales requiere cortar alrededor de 15 árboles, el riego de entre 30.000 y 100.000 litros de agua y unos 2.850 kilowatios de energía.

 

Por si esto fuera poco, se prevé que la demanda mundial de papel y cartón crezca hasta los 490 millones de toneladas en 2030 por la mayor demanda de envases y embalajes del comercio electrónico. Un consumo que convendría reducir en pleno cambio climático.

 

Pues bien, con este sencillo proyecto podremos fabricar nuestro propio papel. Necesitaremos un recipiente grande, agua, revistas, periódicos, cola blanca, batidora, colador, perchas de alambre y unas medias rotas. Sí, unas medias rotas.

 

El papel y cartón que tenemos en casa será la materia prima. Nos sirven los periódicos, folios, cartulinas, papeles de colores… Debemos recortarlos en pequeños trozos y meterlos en un cubo, mezclándolos con el doble de agua caliente. A continuación, pasaremos la batidora, hasta conseguir una masa bien triturada a la que añadiremos una cucharada de cola. El resultado de la mezcla es un engrudo espeso, que debe reposar unos diez minutos.

 

Cuélalo para eliminar el sobrante de agua y, una vez escurrida, aclara la pasta de papel con agua fría. La percha te va a servir para formar un cuadrado, en el que deberás colocar una media que actúe como filtro. Después, extiende la pasta de papel y coloca un peso. Cuando termine de absorber el agua, retira la media y el peso y deja que el papel se seque. Espera un día y… ¡tendrás tu propio papel listo para escribir y pintar!

 

Además de la satisfacción del trabajo bien hecho, puedes contarles lo siguiente: cuando se recicla una tonelada de papel ahorramos el equivalente a una tonelada de madera. Ten en cuenta que alrededor del 35% de los árboles que se talan en el mundo se destinan a la producción de papel. ¿A que merece la pena?

 

Un horno para aprovechar la energía solar

 

Este experimento les ayudará a entender conceptos relacionados con las energías sostenibles. Todavía en 2021, con los gases de efecto invernadero amenazando con acentuar los efectos del cambio climático, el petróleo sigue siendo la fuente de energía más consumida en todo el mundo, seguido de otros combustibles fósiles como el carbón y el gas natural. En España, el petróleo supone el 42% de la energía primaria y el 52% de las emisiones totales de CO2, mientras que el gas natural aporta el 20% de la energía primaria y genera el 15% de las emisiones totales.

 

En Europa, el año 2020 fue el primero en que las fuentes de energías renovables superaron a los combustibles fósiles, pero queda mucho por hacer. El objetivo de la Unión Europea es reducir al 55% los gases invernaderos en 2030 y alcanzar la neutralidad climática en 2050, y todo ello pasa por seguir aumentando radicalmente el uso de energías limpias y reduciendo el consumo de combustibles fósiles.

 

Una buena forma de estimular esta conciencia en los más pequeños es elaborar un horno como este. Se trata de una caja colectora, porque sirve para almacenar la luz solar en su interior. Aprovechando el ángulo con el que la luz llega a la Tierra, podemos usar papel de aluminio para calentar el horno. Necesitaremos una caja de zapatos, periódicos, cartulina negra, papel de aluminio, papel de film, cinta adhesiva y unas tijeras.

 

El proceso es sencillo. Dibuja un cuadrado en la tapa de la caja a unos cinco centímetros del borde. Luego corta tres de esos lados, haciendo una especie de solapa que te permita abrir la caja. Forra la cara interior de la solapa para que refleje los rayos de sol, dobla los bordes y pégalos al exterior de la tapa con cinta adhesiva. A continuación, haz una cubierta transparente sobre el agujero con una capa doble de film, asegurándote de que está bien sellado.

 

Con la cartulina negra crea una caja negra sin tapa más pequeña que la otra caja, y métela en el interior de esta. Por último, enrolla hojas de periódico y ponlas en el interior de la caja, pegándolas con cinta adhesiva alrededor de la caja negra.

 

Habrás creado un auténtico horno, que solo necesita de la luz solar para funcionar. Aprovecha las horas en las que el sol esté más alto, colócalo en un lugar despejado, abre la solapa y oriéntalo para que la luz se refleje en el papel de aluminio en dirección al hueco recubierto con el film. ¡A cocinar!

Noticias

Síguenos en redes