Sorpresas sobre el primero de los agujeros negros en ser descubierto

Redacción

Cygnus X-1 es uno de los agujeros negros más cercanos a la Tierra. Los primeros indicios de su existencia se obtuvieron en 1964, a raíz de unas mediciones efectuadas por dos de contadores Geiger instalados a bordo de un cohete suborbital lanzado desde Nuevo México, Estados Unidos.

 

La naturaleza del cuerpo celeste fue objeto de una famosa apuesta científica entre los físicos Stephen Hawking y Kip Thorne, en la que Hawking apostó en 1974 que no era un agujero negro, en contra de la opinión de Thorne. Hawking aceptó su derrota en 1990.

 

Recientemente, Cygnus X-1 ha sido objeto de una nueva investigación, realizada por un equipo internacional de astrónomos. Para el estudio se ha utilizado el VLBA (Very Long Baseline Array) un radiotelescopio virtual del tamaño de un continente que es una red formada por 10 radiotelescopios repartidos por Estados Unidos. También ha resultado decisivo el uso de una técnica muy eficaz para medir distancias en el espacio.

 

Durante seis días, el equipo de James Miller-Jones, del Centro Internacional de Investigación en Radioastronomía (ICRAR) con sede en Australia, observó una órbita completa del agujero negro en torno al centro de gravedad que comparte con una estrella compañera de gran masa y utilizó observaciones hechas al mismo sistema binario con el mismo conjunto de observatorios en 2011.

 

Este método y las nuevas mediciones muestran que el sistema está más lejos de lo que se pensaba, y que el agujero negro es significativamente más masivo. Las nuevas observaciones indican que el agujero negro tiene una masa 21 veces superior a la de nuestro Sol, lo que supone un aumento del 50 por ciento respecto a las estimaciones anteriores.

 

Tal como destaca Ilya Mandel, de la Universidad Monash en Australia y miembro del equipo de investigación, el agujero negro es tan masivo que está poniendo en entredicho diversas cuestiones tenidas por ciertas acerca del proceso de formación de los agujeros negros estelares (los que se forman directamente a partir de estrellas muertas). El agujero negro del sistema de Cygnus X-1 comenzó su vida como una estrella de aproximadamente 60 veces la masa del Sol y se derrumbó sobre sí misma al final de su vida, hace decenas de miles de años. Increíblemente, tarda cinco días y medio en dar una vuelta entera en torno al centro de gravedad común que comparte con una estrella supergigante, y su distancia esta es de tan solo una quinta parte de la distancia entre la Tierra y el Sol.

 

Utilizando las mediciones actualizadas de la masa del agujero negro y su distancia a la Tierra, Xueshan Zhao y Lijun Gou, ambos de los Observatorios Astronómicos Nacionales de la Academia China de Ciencias y coautores del estudio, comprobaron que Cygnus X-1 está girando sobre sí mismo a una velocidad increíble, muy cercana a la de la luz y más rápida que la de cualquier otro agujero negro encontrado hasta la fecha.

Noticias

Síguenos en redes