Certificaciones, caras pero beneficiosas

Redacción

Mayores costos financieros, desperdicio de material y hasta pérdida de confianza de los clientes son algunas de las repercusiones que genera un producto o servicio de mala calidad en empresas.

René Mendoza, coordinador nacional de la Cadena de Proveedores de la Industria de México (Capim), comentó que aunque una certificación para ser proveedor de maquila puede costar hasta 250 mil pesos, son más los beneficios y ahorros que se obtienen con el paso de los meses.

“Es la mejor inversión que puede hacer un empresario, porque una certificación lo que valida es que tú tienes un proceso de calidad que te permite cumplir con las expectativas de tus clientes”, resaltó.

“Lo que busca al final una empresa armadora, de refrigeradores o alguien que genere las partes para eso, son proveedores en los cuales pueda confiar que dentro de sus operaciones tienen controles que permiten que la compañía desarrolle productos o servicios de acuerdo con lo que ellos necesitan”, agregó.

En cuestión de calidad, la ISO 9001 es la más conocida, ya que garantiza que la compañía se compromete a mantener estándares de calidad óptimos y adecuados a la normativa vigente. Así, los productos de la empresa en cuestión pasarán por las pruebas pertinentes que autentiquen la calidad de la fabricación como proceso de mejora y evolución continuas.

Mendoza detalló que no contar con distintivos pega directamente a los costos de las compañías, aunque lo más riesgoso es cuando los clientes empiezan a perder la confianza y se retiran de su negocio.

“Un producto de mala calidad que llegó al cliente primero se evalúa si se puede reparar o no, si es viable se manda personal para que se encargue de ello o se lleva el material a la empresa, lo cual le pega en los costos. Si el material ya no sirve entonces se desperdicia, y con ello la materia prima y la mano de obra que se utilizó, también”, explicó.

Detalló que al contar con un sistema de calidad bueno, hay implicaciones directas que benefician los costos de operación.

“Al momento de que funciona bien hay menos defectos en sus procesos productivos, lo que de manera directa genera menor desperdicio de materia prima y de tiempo, impactando directamente en mayores ganancias para las empresas”, explicó.

También destacó que contar con un sistema de calidad permite la recolección de información y de datos para identificar más fácilmente dónde se pueden generar programas de reducción de costos.

“Todo va enfocado a la parte financiera, el problema es que a veces lo ven nada más como un requisito a cumplir, sin saber que es más un beneficio”, destacó.

La recuperación de la inversión que implica se da entre cuatro y seis meses.

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