Indignan los feminicidios de Victoria, Karla, Wendy y Ana Lilia

Redacción

La violencia contra las mujeres en México es lo que las activistas llaman en estos tiempos “la otra pandemia”.

Apenas el 8 de marzo pasado, miles de mujeres salieron a manifestarse en todas las ciudades del país, a pesar de la pandemia por coronavirus o Covid-19 que se vive.

Las mujeres protestaron por los feminicidios, violaciones, abusos sexuales, acosos y demás violencias que viven todos los días.

Ese día, Fabiola Alanís, titular de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim), informó que las muertes violentas de mujeres se encuentran en una etapa de contención, pues aseguró que en 2020 se registró un decrecimiento de 0.2%

Para finales de este mes, en sólo una semana estos casos se han sumado a las cifras alarmantes de feminicidios en el país.

Una mujer murió cuando era sometida por cuatro elementos de la Dirección Municipal de Seguridad Pública de Tulum, un hecho que generó la condena de autoridadescolectivos feministas y la sociedad en general, que exigen justicia. La Fiscalía General de Quintana Roo informó que investiga el caso como homicidio en el que “probablemente participaron elementos de la policía municipal”.

Los hechos tuvieron lugar el sábado en la colonia Tumben Ka, en Tulum. Según las primeras versiones, Victoria estaba “alterando el orden público”, por lo que al lugar llegaron los elementos de la patrulla 9276.

En varios videos difundidos en redes sociales se observa a los cuatro oficiales —tres hombres y una mujer— junto a una patrulla, rodeando a la víctima que está esposada en el piso.

La agente policía la somete con la rodilla en la espalda y se escucha a Victoria gritar y quejarse, mientras otro oficial sugiere llamar a una camioneta y subirla.

Victoria Esperanza Salazar Arriaza, era originaria de Sonsonate, El Salvador, país en donde ha generado indignación el abuso policial con el que presuntamente policías asesinaron a la mujer.

Victoria tenía 37 años y desde hace tres años residía en México, según informó el presidente de El Salvador, Nayib Bukele.

Victoria Salazar contaba con una visa humanitaria, con la cual vivía de forma legal en el país.

En redes sociales, Victoria Esperanza llegó a compartir fotos de sus dos hijas, menores de edad, de 15 y 16 años. La situación de ambas al parecer se resolverá en El Salvador.

Ayer, Bukele señaló que su gobierno se encargará “de la manutención y estudios de las dos hijas de Victoria y de todo lo que necesiten”.

De la mano del asesinato de Victoria vino el de Karla, también en Quintana Roo, pero en Holbox. El asesinato causó indignación en Yucatán y se consideró uno de los primeros feminicidios en la historia reciente de esa isla.

La joven, identificada como Karla ‘M’, originaria del puerto de Progreso, Yucatán, era madre de un niño y conducía uno de los característicos carros de golf que funcionan como taxi en la isla. El cuerpo amoratado apareció cerca de la orilla con claros signos de violencia a pocos metros de donde se encontraba su taxi casi sumergido, en la zona de Punta Ciricote.

Los familiares de Karla comenzaron a buscarla cuando el sábado pasado no volvió a su casa después de trabajar, hasta que encontraron sus restos en un extremo de la Isla de Holbox en las zonas conocidas como Ciricote y Punta Coco.

Únicamente llevaba una blusa y le faltaban los pantalones y los zapatos. Testigos locales describieron el homicidio como “extremadamente violento”.

Una adolescente de 16 años de edad, reportada como desaparecida desde el 21 de marzo pasado, fue localizada sin vida en el interior de una cisterna en un predio del fraccionamiento Valle de los Soles, municipio de Huitzilac, limítrofe con la Ciudad de México.

Autoridades municipales informaron que el sábado llegaron elementos de la Policía Morelos a la calle Nube de ese fraccionamiento y al revisar el depósito de agua encontraron el cadáver de la víctima con las características que difundió la Fiscalía General del Estado en su ficha de desaparición.

El reporte policial indicaba que la joven fue vista por última ocasión en el municipio de Huitzilac. Al momento de emitir la ficha de desaparición vestía sudadera negra con gorro, pantalón de mezclilla color vino y tenis rosas.

Tras el hallazgo solicitaron la presencia del servicio médico forenses para extraer el cadáver, cuyo motivo de muerte, de acuerdo con datos preliminares, habría sido el estrangulamiento. Morelos tiene activada la Alerta de Violencia de Género en ocho de los 36 municipios.
Apenas eran estudiantes de secundaria, se veía en su rostro sin maquillar; caminaban pegadas unas a otras, para aguantar el peso y avanzar al mismo paso, mientras cargaban sobre los hombros el ataúd blanco, adornado por una rosa roja, donde descansaba el cuerpo de Wendy Yoselin, de tan solo 16 años.

La semana pasada esa imagen causó una gran indignación por la edad de las niñas. Una sólo tenía 9 años.

Algunas de ellas sollozaban del dolor que les causaba llevar hacia la tumba a alguien de su misma edad, quien de acuerdo a la familia, el sábado pasado salió de su casa a dar un paseo con su novio y ya no regresó.

La quema de cohetones anunciaba la llegada del cortejo fúnebre al panteón de Villa Cuauhtémoc, el cual había iniciado casi tres horas antes, desde una vivienda de la cabecera municipal de Xonacatlán.

Ahí, la madre le lloraba a su hija: “Te amo mi amor, te amo mi WendyQue Dios ilumine tu camino, corazón, no tengas miedo, donde quiera que andes no te olvides de mí”, murmuraba.

Las primas y compañeras de escuela no dejaron de gritar consignas durante el recorrido. Entre ellas iba una niña, de solo nueve años que exigía justicia y seguridad. 

“Ni perdón ni olvido, que encuentren al asesino”, gritaban cerca de 500 personas mientras alzaban pancartas de protesta.

Caminaron durante una hora, de un municipio a otro, hasta llegar a la casa de los abuelos paternos en el municipio de Otzolotepec, donde sonaron las campanas de una capilla.

Luego, una parada más, en la casa de la familia materna en el barrio de San Juan.

Solo se escuchaban lamentos y una canción de rap inspirada en la desaparición y muerte de Wendy, hallada sin vida el lunes pasado en un canal de aguas negras.

Ante el sol radiante de la 1:00 de la tarde, el cortejo llegó al panteón de Santa María Tetitla donde fue sepultada la estudiante.

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