Demócratas y republicanos ya no hablan el mismo lenguaje

Redacción

El presidente Biden hizo campaña con la promesa de unificar a Estados Unidos. Un objetivo inspirador, pero que no está ni siquiera cerca de lograrse. Décadas de polarización, impulsados por la filosofía del nosotros contra ellos del ex presidente Donald Trump, ha dejado al país tan dividido que puede sentirse como si los dos equipos políticos ya no están hablándose unos a otros sino que hablan en un idioma totalmente diferente.

 

El inglés es un idioma vivo, hecho para crecer y evolucionar, pero la separación política entre los demócratas y republicanos está llegando a su límite. Existen actualmente desacuerdos feroces sobre lo que significa “cancelar” lo que constituye el “bipartidismo” — y ni siquiera están tratando de entender lo que representa la “infraestructura”.

 

En este momento, cada equipo podría usar su propio diccionario, con términos disputadamente definidos de acuerdo al punto de vista de cada parte.

 

Por ejemplo, la palabra infraestructura podría ser la batalla más candente que se está librando actualmente, provocada por una propuesta de varios trillones de dólares de la Casa Blanca.

 

Como el presidente y su gente la define, la infraestructura incluye todo desde la “economía” de los colegios comunitarios y los vehículos eléctricos hasta el entrenamiento laboral y manufactura doméstica y la investigación científica.

 

Los republicanos están impulsando una definición más tradicional, limitada mayormente a las estructuras físicas, relacionando el transporte con carreteras, puentes y puertos.

 

Russell Vought, el último director de la Oficina de Administración y Presupuesto de Trump, ha asegurado que sólo del 5 al 7 por ciento del plan de Biden se destinará a la “verdadera infraestructura”.

 

De acuerdo a su definición, hasta las cosas básicas como las vías ferroviarias y el sistema de agua no califican.

 

Para complicar las cosas, los republicanos antes de Biden adoptaron una definición más amplia de infraestructura que incluye algunos elementos, como la banda ancha, que muchos de ellos están descartando actualmente.

 

Y lo que es sorprendente, los republicanos, adoptaron una línea más estricta, excluyendo medidas tales como ayuda directa a los gobiernos estatales y locales.

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