Las enanas marrones con la rotación más rápida conocida

Redacción

Las enanas marrones, a veces definidas como “estrellas fallidas”, tienen una masa demasiado pequeña para poder ser estrellas, pero demasiado grande para poder ser planetas propiamente dichos. Una investigación reciente ha detectado en tres de estos intrigantes cuerpos celestes un rasgo destacado: giran sobre sí mismos a una velocidad mayor que la de cualquier otro astro de este tipo, probablemente muy cerca de la máxima que puede soportar una enana marrón sin partirse en pedazos.

 

Utilizando datos recolectados por el telescopio espacial Spitzer de la NASA, el equipo de Megan Tannock, de la Universidad de Ontario Occidental en Canadá, hizo las nuevas mediciones de velocidad de rotación en estas enanas marrones. Los tres astros fueron descubiertos por el rastreo 2MASS (Two Micron All Sky Survey), llevado a cabo desde la superficie de la Tierra. El equipo de Tannock corroboró las mediciones de velocidad de rotación mediante observaciones con los telescopios terrestres Gemini Norte y Magallanes.

 

Tannock y sus colegas creen que estas tres enanas marrones de rotación ultraveloz pueden estar muy cerca del límite de velocidad de giro más allá del cual todas las enanas marrones se deshacen en jirones. Las tres enanas marrones tienen aproximadamente el mismo diámetro que Júpiter, pero son entre 40 y 70 veces más masivas. Cada una de ellas da una vuelta entera una vez por hora aproximadamente, mientras que las siguientes enanas marrones más rápidas conocidas dan una vuelta entera cada 1,4 horas y Júpiter lo hace una vez cada 10 horas. Teniendo en cuenta su tamaño, esto significa que la mayor de las tres enanas marrones gira a más de 100 kilómetros por segundo, o sea a unos 360.000 kilómetros por hora.

 

Las enanas marrones, al igual que las estrellas o los planetas, ya giran cuando se forman. A medida que se enfrían y se contraen, giran más rápido, como cuando una patinadora sobre hielo que está girando sobre sí misma con los brazos extendidos los repliega en su tronco. Los investigadores han medido las velocidades de rotación de unas 80 enanas marrones, y varían desde menos de dos horas hasta decenas de horas.

 

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Cuanto más rápido gire una enana marrón, más estrechas serán las bandas atmosféricas de diferentes colores, como se muestra en esta ilustración. Algunas enanas marrones brillan bastante en luz visible, pero en general suelen ser más brillantes en las longitudes de onda infrarrojas, que son más largas que las que puede ver el ojo humano. Al igual que los planetas gaseosos como Júpiter y Saturno, las enanas marrones están compuestas principalmente por hidrógeno y helio. (Imagen: NASA JPL / Caltech)

 

Con tanta variedad entre las velocidades ya conocidas de todas esas enanas marrones, a los autores del nuevo estudio les sorprendió que las tres enanas marrones más rápidas descubiertas hasta ahora tengan casi exactamente la misma velocidad de giro (aproximadamente una rotación completa por hora). Esto no puede atribuirse a que esas tres enanas marrones se hayan formado juntas o estén en la misma fase de desarrollo, porque son físicamente diferentes: una es una enana marrón cálida, otra es templada y la otra fría. Dado que las enanas marrones se enfrían a medida que envejecen, las diferencias de temperatura sugieren que estas enanas marrones tienen edades diferentes.

 

Los autores del estudio no atribuyen esa coincidencia de velocidades al azar. Creen que la enana marrón 2MASS J0348-6022 y las otras dos han alcanzado un límite de velocidad de giro, más allá del cual una enana marrón se fragmenta y deja de ser observable.

 

Todos los objetos en rotación generan una fuerza que aumenta cuanto más rápido gira el objeto. En un carrusel u otra atracción de feria parecida, esta fuerza puede amenazar con arrojar a los usuarios fuera de sus asientos; en estrellas y otros astros, puede acabar destrozando al cuerpo celeste.

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