Descubren un agujero negro de una clase inusual

Redacción

Los agujeros negros son acumulaciones tan densas de materia que su fuerza gravitatoria impide que nada que caiga en ellos vuelva a salir, ni siquiera la luz. Debido a eso, con el paso del tiempo, la masa de un agujero negro tiende a ir aumentando. Extrañamente, casi todos los agujeros negros son de poca masa (varias veces la del Sol) o mucha masa (millones e incluso miles de millones de veces la del Sol). En cambio, por algún motivo hasta ahora desconocido, son muy pocos y a menudo dudosos los agujeros negros de masa intermedia que han sido detectados. Su escasez puede estar indicando que los agujeros negros con mucha masa tienen un origen distinto al de los de poca masa. Estos últimos se forman a partir de algunos tipos de estrellas.

 

James Paynter y Rachel Webster, de la Universidad de Melbourne, así como Eric Thrane, de la Universidad Monash, ambas instituciones en Australia, han descubierto y estudiado uno de estos misteriosos agujeros negros de masa mediana. Tiene unas 55.000 veces la del Sol.

 

El nuevo agujero negro se descubrió gracias a la detección de un estallido de rayos gamma mediante lente gravitacional, un fenómeno natural que se comporta como una lente de aumento.

 

El estallido de rayos gamma, una ráfaga de medio segundo de luz de alta energía emitido por un par de estrellas fusionándose en una sola, se observó con un “eco” revelador. Este eco está causado por el agujero negro de masa intermedia que, situado entre nosotros y esas estrellas, desvía la trayectoria de la luz en su camino hacia la Tierra, de modo que los astrónomos ven el mismo destello dos veces.

 

Un potente software desarrollado para detectar agujeros negros a partir de ondas gravitacionales fue adaptado para este tipo de cálculos y estableció que los dos destellos son imágenes del mismo objeto.

 

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El nuevo agujero negro fue encontrado a raíz de la detección de una lejana explosión de rayos gamma, avistada gracias al fenómeno conocido como “lente gravitacional”, que sirve de telescopio natural con el que ver cosas que de otro modo no estarían al alcance de los telescopios con tecnología actual. (Imagen: Carl Knox, OzGrav)

 

En opinión de Thrane, este agujero negro recién descubierto podría ser una reliquia, un agujero negro primordial, formado poco después de la creación del universo, antes de que se forjasen las primeras estrellas y las primeras galaxias. “Estos primeros agujeros negros podrían ser las semillas de los agujeros negros supermasivos que residen en el corazón de las galaxias hoy en día”.

 

Webster destaca que a partir de este hallazgo será más fácil hacer estimaciones con mayor fiabilidad de la cantidad total de estos cuerpos celestes en el universo. Los investigadores estiman que hay unos 46.000 agujeros negros de masa intermedia en las proximidades de nuestra Vía Láctea.

 

El estudio sobre el singular agujero negro se titula “Evidence for an intermediate-mass black hole from a gravitationally lensed gamma-ray burst” y se ha publicado en la revista académica Nature Astronomy.

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