El café de Colombia y el cambio climático global

Redacción

Si su jornada suele comenzar con una taza de café, hay bastantes probabilidades de que su infusión matutina proceda de Colombia. El país es el tercer productor mundial de café y algunas de las variedades más apreciadas provienen de allí. El calentamiento global plantea nuevos retos a la producción de café en Colombia, al igual que a la producción agrícola en cualquier parte del mundo. Una investigación revela los detalles de esta amenaza para el café colombiano y cómo contrarrestarla.

Colombia es un país grande con una geografía muy marcada. La cordillera de los Andes atraviesa el país desde su extremo sudoeste hasta el nordeste. En la actualidad, el café colombiano se cultiva en zonas con diferentes altitudes sobre el nivel del mar, y todo apunta a que los efectos climáticos en las regiones de baja altitud serán muy diferentes de los efectos en las de gran altitud.

Esto lo han tenido muy en cuenta Federico Ceballos-Sierra y Sandy Dall’Erba, ambos de la Universidad de Illinois en Estados Unidos, autores del nuevo estudio sobre el tema.

Otros estudios sobre el futuro de la producción de café han considerado el país en su conjunto o se han centrado solo en algunas zonas del mismo.

Ceballos-Sierra y Dall’Erba analizaron datos climáticos de los 521 municipios productores de café de Colombia correspondientes a varios años, concretamente de 2007 a 2013. En particular, evaluaron cómo la temperatura y las precipitaciones afectan al rendimiento del café. Posteriormente, modelaron las condiciones climáticas previstas entre 2042 y 2061 y la producción futura de café resultante para cada municipio.

A nivel nacional, estiman un aumento de la productividad de alrededor de un 7,6% para 2061. Pero esta previsión abarca un amplio margen de diferencias espaciales, que van desde un aumento del 16% en las regiones de gran altitud (1.500 metros sobre el nivel del mar) hasta una disminución del 8,1% en las regiones de baja altitud. El aumento de las temperaturas beneficiará a las zonas que ahora son marginales para la producción de café, mientras que las zonas que actualmente son lugares privilegiados para el cultivo del café serán demasiado calientes y secas en el futuro.

Ceballos-Sierra creció en una finca cafetera en el distrito colombiano de Tolima, y ha visto de primera mano cómo las cambiantes condiciones climáticas afectan a la producción.

“La finca de mi familia está a unos 1.900 metros sobre el nivel del mar. Hace veinte años, al lugar se le consideraba una zona cafetera marginal. Pero ahora estamos consiguiendo mejoras significativas en el rendimiento”, explica.

Mientras tanto, los productores de café cuyas plantaciones están en las zonas bajas ven cómo disminuye el rendimiento, al tiempo que las plagas que se ceban con las plantas de café son cada vez más agresivas y frecuentes.

Los resultados de la investigación tienen importantes implicaciones tanto para los caficultores como para los responsables políticos.

En el futuro será más beneficioso cultivar el café a mayor altura, en terrenos de montaña. Así que para quienes puedan permitírselo, comprar tierras en esas zonas sería una buena inversión, tal como señala Dall’Erba. El gobierno podría considerar la posibilidad de construir infraestructuras como carreteras, sistemas de distribución de agua y de suministro de electricidad, así como torres de comunicaciones, que permitan a los agricultores de los lugares más elevados acceder fácilmente a las áreas urbanas cercanas donde puedan vender sus cosechas. Es de esperar que haya más asentamientos y una mayor necesidad de servicios públicos en esos lugares.

Sin embargo, como la reubicación es costosa, no será necesariamente una opción para la mayoría de los 550.000 pequeños caficultores de Colombia, que tendrán que encontrar otras formas de adaptarse. Los agricultores podrían aplicar nuevas estrategias, como un riego más frecuente, un mayor uso de la sombra del bosque o el cambio a otras variedades de café u otros cultivos.

Los investigadores creen que sus conclusiones son aplicables también a otros lugares donde se cultiva café, como Puerto Rico, Hawái y California.

Los resultados del estudio se han publicado en la revista académica Agricultural Systems con el título “The effect of climate variability on Colombian coffee productivity: A dynamic panel model approach”.