Joe Biden llegó a la Casa Blanca con una agenda repleta de promesas esperanzadoras

Redacción

En enero, Joe Biden llegó a la Casa Blanca con una agenda repleta de promesas esperanzadoras para los millones de migrantes que sufrieron cuatro años de constantes ataques del republicano Donald Trump. Además, se comprometió a hacer los cambios rápido, con una serie de acciones clave que cumpliría en sus primeros 100 días.

Ahora, pasado ese límite y pese al corto tiempo que lleva en el cargo, activistas promigrantes consideran que Biden se ha vuelto “pasivo”, y los especialistas en políticas migratorias aceptan que su Administración “se ha quedado corta” respecto a sus compromisos: de las 17 acciones que prometió lograr para su día 100 en el cargo, el Mandatario sólo ha cumplido siete, o un 41 por ciento del total.

Del resto de promesas, en nueve se han dado pasos para avanzar, pero no han llegado a completarse, y una más, la moratoria de deportaciones, fue bloqueada indefinidamente por un juez federal en Texas.

Jessica Bolter, analista del Migration Policy Institute (MPI), elogia las medidas que el nuevo Gobierno estadounidense ha tomado, pero reconoce que aún hay muchas áreas de oportunidad y otras en las que no ha dado el ancho.

“Hay varias acciones que Biden prometió tomar en cuanto al asilo, como restaurar la oportunidad de pedir asilo en EU para las personas víctimas de violencia doméstica. Es algo que no ha sido cubierto aún”, dice en entrevista con Reforma.

El más reciente tropiezo fue hace dos semanas, cuando la Casa Blanca se echó para atrás en la promesa de Biden de aumentar el límite de refugiados a 62 mil 500, y dijo que se mantendría con el nivel históricamente bajo de 15 mil, que fue impuesto por Trump. Aunque no inscrita oficialmente en las promesas para los 100 días, el cambio provocó descontento entre activistas y entre los propios demócratas.

“Hablaron de nuevo, luego de que hubo muchas protestas, y dijeron que incrementarían el límite para mediados de mayo”, explica Bolter sobre la reacción de la Administración.

“Esa es ciertamente un área en la que Biden tiene que terminar sus promesas”.

En cuanto a las promesas que están a medias, el Gobierno del demócrata firmó el pasado 2 de febrero la orden ejecutiva 04012 respecto a los compromisos de proteger de la deportación a los migrantes que sirvieron en el Ejército de EU; de mejorar el proceso de naturalización y de revivir un grupo de trabajo federal de apoyo a las comunidades migrantes. El decreto mayoritariamente ordenó revisiones, pero no se ha traducido en acciones concretas.

Quedan también en un limbo, entre haber iniciado pero no finalizado, las siguientes acciones: mejorar el entrenamiento y la rendición de cuentas de agentes migratorios y hacer una revisión al programa Estatus de Protección Temporal para migrantes vulnerables.

La agenda histórica de Biden, quien prometió con su iniciativa de reforma migratoria un camino a la ciudadanía para 11 millones de indocumentados, se encontró con un alza récord de cruces ilegales de la frontera sur, lo que, según Bolter, le complicó avanzar en sus planes. Tan sólo en marzo, más de 171 mil migrantes fueron detenidos por la Patrulla Fronteriza, un récord en 20 años.

“Uno de los grandes retos que la Administración Biden está enfrentando es cómo balancear su deseo de tratar a los migrantes más humanamente que la Administración Trump con la realidad de que cuando hace eso los flujos de migrantes desde la frontera con México parecen aumentar”, evalúa Bolter.

“Y eso crea una reacción política contra la Administración y les dificulta avanzar en otras prioridades migratorias, como aprobar iniciativas para legalizar a los dreamers o a los trabajadores agrícolas”.

Cuando candidato, Biden también afirmó que acabaría con la detención prolongada de migrantes, y aunque ha avanzado en la rápida liberación de familias, el aumento en el flujo le ha impedido cumplir del todo ese objetivo. Niños migrantes que cruzaron a Estados Unidos sin un padre o tutor han llegado a pasar más de una semana retenidos en instalaciones de la Patrulla Fronteriza que fueron diseñadas para detener a adultos. El límite legal que los menores pueden permanecer en esos lugares antes de ser reubicados en refugios especiales es de 72 horas.

También rescindió el programa conocido como “Quédate en México”, oficialmente llamado Protocolo de Protección al Migrante (MPP, en inglés), que obligó a más de 60 mil personas a esperar en el País, en campamentos con condiciones inhumanas, mientras las cortes atendían sus casos de asilo. No obstante, la Administración no ha terminado de admitir en territorio estadounidense y procesar a los que aún tienen casos activos.

“Hasta ahora, creo que se están acercando a 10 mil personas siendo procesadas, de 25 mil que aún tenían casos”, detalló Bolter.

“Es casi la mitad de las personas que serían elegibles”.

Y finalmente, tampoco se ha concretado la promesa de realizar una cumbre con líderes regionales para abordar el combate a las causas de la migración.

‘Ha sido mediocre’

En contraste, Biden sí cumplió con detener la construcción del muro en la frontera, modificar los criterios de deportación para enfocarse sólo en amenazas de seguridad nacional o criminales, enviar al Congreso una iniciativa de reforma al sistema de inmigración, rescindir el veto migratorio a países musulmanes, revertir una norma de Trump que frenaba la migración legal para personas con bajos recursos, preservar el DACA, que protege a los migrantes conocidos como dreamers, y crear un grupo para reunir a familias separadas en la frontera.

Sin embargo, incluso en estas acciones, que pueden considerarse como “cumplidas”, la mayoría no ha tenido impacto, señalan algunos activistas.

Para Cynthia Garcia, gerente de campañas de United We Dream (UWD), la mayor organización de dreamers en EU, las acciones de Biden para preservar el DACA se quedaron en papel.

“Ha sido mediocre, francamente, la manera en que ha respondido”, dice, “lo único que vimos de ellos fue ese memo en el que dijeron: Vamos a fortificar a DACA’, pero absolutamente no pasos de cómo hacerlo, no procesos, ni siquiera realmente el decir: ‘Vamos a pelear'”.

“Hemos estado viéndolo a él demasiado pasivo, como sentado esperando a ver el espectáculo de todo lo que está haciendo el Congreso y creo que eso no nos ayuda”.

De acuerdo con Bolter, del MPI, la reacción política adversa que recibió el Gobierno por su manejo de la crisis en la frontera, luego de filtrarse imágenes que mostraban a niños en refugios abarrotados, hará que en adelante Biden tome una postura más recatada.

“No estaría sorprendida si rehuyeran de tomar grandes acciones en migración, especialmente a medida que nos acercamos a las elecciones intermedias de 2022 que seguro es algo que están pensando”, pronostica.

En ese mismo sentido, Garcia, quien el miércoles participó en una movilización en Washington D.C. para exigir que Biden cumpla con las demandas de UWD de concretar la ciudadanía para 11 millones de migrantes y, especialmente, quitar fondos a las agencias migratorias, consideró que este año era clave en la lucha.

“Tenemos solamente este año para pasar algo para nuestra gente, porque el siguiente año se van a ir aún más en la defensiva. El momento para cambiar las cosas es ahorita”.

Los 100 días de Biden

El viernes se cumplió el primer plazo que se puso el Presidente de EU para completar algunos objetivos:

43% de promesas cumplidas

Joe Biden cumplió 4 de cada 10 promesas que lanzó para sus primeros 100 días de Gobierno en temas generales.

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