El espacio tiene más secretos: meteoritos “almacenan” información primigenia

Redacción

Los gases liberados por muestras de meteoritos calentadas en un horno a muy alta temperatura pueden dar datos sobre cómo era la composición inicial de las atmósferas de planetas que, como la Tierra, son de tipo rocoso. Y lo revelado hasta ahora por una línea de investigación pionera no encaja con la teoría comúnmente aceptada.

Durante la fase del proceso de formación de un planeta en la que se van acumulando y cohesionando los pequeños bloques que le darán forma, el material se calienta y se generan gases. También se emiten gases con la actividad volcánica posterior, durante las etapas tempranas del desarrollo del planeta.

Si el planeta tiene una masa suficientemente grande, su gravedad retendrá los gases y estos constituirán una atmósfera. Un equipo que incluye a Maggie Thompson y Myriam Telus, ambas de la Universidad de California en Santa Cruz, Estados Unidos, ha simulado en el laboratorio este proceso calentando muestras prístinas de meteoritos en un horno de muy alta temperatura y analizando los gases liberados.

Los investigadores analizaron tres meteoritos, catalogados como condritas carbonáceas de tipo CM, que tienen una composición considerada representativa del material a partir del cual se formaron el Sol y los planetas.

Los modelos teóricos más comunes de atmósferas planetarias suelen darles a los planetas una atmósfera inicial químicamente similar a la composición del Sol y, por tanto, dominada por el hidrógeno y el helio.

Al calentar las muestras de meteoritos a 1.200 grados centígrados, sus minerales emitieron gases volátiles. Al analizar los gases, se constató que el vapor de agua era el gas dominante, y que también había cantidades significativas de monóxido de carbono y dióxido de carbono. Eran bastante menores las cantidades de hidrógeno y sulfuro de hidrógeno. Esto no encaja con los citados modelos teóricos.

Tomando como referencia la emisión de gases de las muestras de meteoritos, la atmósfera primigenia de un planeta rocoso debe estar dominada por el vapor de agua, seguido del monóxido de carbono y el dióxido de carbono.

Una composición química parecida a la del Sol es plausible para planetas grandes, como Júpiter, que adquieren sus atmósferas de la nebulosa solar, pero, tal como muestra el nuevo estudio, los planetas pequeños obtienen sus atmósferas mayormente de la emisión de gases desde su propia superficie.

El estudio se titula “Composition of terrestrial exoplanet atmospheres from meteorite outgassing experiments”. Y se ha publicado en la revista académica Nature Astronomy.

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