¡Atroz! Por crisis humanitaria en Marruecos huyen 8 mil a España

Redacción

Más de 8.000 inmigrantes irregulares llegaron el lunes al enclave español de Ceuta desde el país vecino, Marruecos, lo que supone una cifra récord, según las autoridades españolas.

Los migrantes rodearon a nado las vallas fronterizas que se adentran en el mar o lograron cruzar a pie con la marea baja.

La llegada fue constante durante todo el lunes y continuó el martes en la misma playa donde se han desplegado unidades del ejército español fuertemente armadas, incluso provistas de tanques.

La gravedad de la situación ha hecho que el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, haya cancelado un viaje oficial a París en el que iba a asistir a una cumbre liderada por Francia que tenía como objeto discutir ayudas financieras para África para centrarse en la crisis migratoria.

Sánchez, quien ha viajado a Ceuta, ha prometido la “máxima firmeza” para restablecer la normalidad en el territorio y se han desplegado a efectivos del ejército para tratar de contener la situación.

Estas son las claves que explican este repentino evento migratorio:

Las entradas comenzaron la madrugada del lunes, cuando miles de personas comenzaron a cruzar la frontera española de manera irregular en Ceuta, sin encontrar resistencia entres las fuerzas del orden de Marruecos en su lado de la frontera, denuncia la prensa española.

Más de 8.000 migrantes habían cruzado ya la frontera este martes rodeando los dos espigones fronterizos de las zonas de Tarajal y Benzú, hasta llegar a las playas ceutíes.

La mayoría eran hombres jóvenes, pero entre ellos había también niños e incluso familias enteras. Muchos utilizaban flotadores y botes de goma para intentar llegar a la orilla. Al menos un hombre ha fallecido “en aguas marroquíes”, según fuentes policiales.

La situación aún no se ha estabilizado, “ya que no para de llegar gente“, alertan fuentes policiales citadas por la prensa española, que tratan de contener la magnitud de un episodio que no tiene precedentes en España.

El evento más numeroso hasta la fecha se había producido el fin de semana del 7 y 8 de noviembre de 2020, en las Islas Canarias, cuando en un solo día llegaron a sus costas 1.500 personas, desembarcando casi 2.200 migrantes en todo el fin de semana.

El ministro del Interior español, Fernando Grande-Marlaska, ha informado de que, hasta el momento, se han gestionado ya 4.000 devoluciones a Marruecos y que negocia con el gobierno vecino la forma de agilizar el proceso.

“El Gobierno está poniendo todos los medios necesarios para proteger las fronteras y proceder a la devolución inmediata de las personas que están entrando ilegalmente en nuestro país. Ceuta es tan España como Madrid o Barcelona. Vamos a ser contundentes en la defensa de nuestras fronteras. Igual de beligerantes vamos a ser en la defensa de nuestras fronteras como en luchar contra los discursos de odio”, declaró en una comparecencia pública el martes.

Los territorios españoles de Ceuta y Melilla son, junto a otros puntos clave como las Islas Canarias, un foco tradicional de tensiones migratorias desde África.

Melilla y Ceuta son dos ciudades españolas situadas en el norte de África y que colindan con Marruecos y son bordeadas por el mar Mediterráneo. Son el único punto de entrada terrestre a la UE desde este continente.

Ello convierte a estas ciudades en el objetivo de miles de migrantes cada año, muchos movidos por razones económicas y otros que huyen de conflictos armados o persecuciones que anhelan obtener el estatus de refugiado.

Su pasado lejano como territorios españoles se remonta al siglo XV y ambas ciudades portuarias se desarrollaron como centros militares y comerciales que unían África con Europa, pero Marruecos siempre ha codiciado ambos enclaves y han sido una fuente de tensiones diplomáticas entre ambos países.

España les otorga el mismo estatus que las regiones semiautónomas de la península y desde 1995 gozan de un grado limitado de autogobierno como Comunidades Autónomas.

El momento en que se ha producido este movimiento masivo de migrantes ha levantado suspicacia entre analistas y medios de comunicación españoles, que aseguran que las fuerzas de seguridad marroquíes están propiciando esta situación debido a su inacción.

El pico de llegadas es “favorecido por una evidente relajación del control de los agentes alauíes”, apunta eldiario.es. “La llegada se produjo sin que las autoridades marroquíes opusieran ninguna resistencia”, replica el diario El País.

Las sospechas se alimentan por la coincidencia en el tiempo de nuevas tensiones diplomática entre Rabat y Madrid desde hace varias semanas. Y estas tensiones tienen un nombre propio: Brahim Ghali.

El pasado 23 de abril, se supo que el líder del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Brahim Ghali, de 73 años, se hallaba hospitalizado en España “por razones estrictamente humanitarias”, según informó el Ministerio de Asuntos Exteriores del país.

Ghali, que fue ministro de Defensa saharaui y embajador del Polisario en España y Argelia, asumió el liderazgo en julio de 2016, sucediendo a Mohamed Abdelaziz, quien falleció por un cáncer tras 40 años en el cargo.

El anuncio de España se precipitó después de que los servicios de inteligencia marroquíes descubriesen que Ghali fue acogido con una identidad falsa en un hospital español, aquejado de covid-19.

La diplomacia marroquí rechazó esta situación y amenazó al Gobierno español con represalias.

El momento del ingreso del líder del Frente Polisario era especialmente delicado, ya que se produce en un clima de recrudecimiento de las hostilidades entre su grupo y Marruecos, que en noviembre pasado rompieron el alto el fuego establecido por la disputa del territorio del Sáhara Occidental. Desde entonces se han repetido los incidentes armados entre ambos bandos.

España, que no reconoce diplomáticamente a la RASD, pero mantiene conversaciones con el Frente Polisario, rechaza la idea de que ambos eventos estén relacionados.

La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, afirmó en declaraciones a la prensa que las autoridades marroquíes le ha asegurado que la llegada masiva de inmigrantes irregulares a Ceuta “no es fruto del desencuentro” entre los dos países por la hospitalización del líder Polisario.

Cuando el 14 de noviembre de 2020 el propio Brahim Ghali declaró el estado de guerra a Marruecos, se ponía fin a tres décadas de alto el fuego entre el Frente Polisario y el reino de Mohamed VI, conflicto que permanecía en suspenso de mutuo acuerdo desde 1991.

La RASD emitió un comunicado en el que indicaba que después de 29 años a la espera de que se celebre un referéndum de autodeterminación, el pueblo saharaui había perdido su confianza en la capacidad de influencia de las Naciones Unidas para proveerlo.

Se reactivaba así la disputa por el Sahara Occidental, uno de los grandes conflictos olvidados.

Este territorio de casi 270.000 kilómetros cuadrados principalmente de arena y escasamente poblado es objeto de una disputa territorial que se remonta a la década de los 70 del siglo pasado.

Tradicionalmente poblado por tribus bereberes, el Sahara Occidental fue colonizado por España en 1884 y 50 años después, en 1934, fue convertida en una provincia española, denominada Sahara español, hasta que la ONU pidió la descolonización del territorio en 1965.

Para entonces ya pesaban sobre el Sahara Occidental las demandas del reino de Marruecos, que se había independizado en 1959, pero llevaba siglos reclamando el territorio como suyo.

Pero también se inició en el propio Sahara Occidental un movimiento independentista, con la creación, en 1973, del Frente Polisario.

En 1974, España anuncia sus planes para conceder mayor autonomía a los saharauis y propone organizar un referendo de independencia un año después.

Sin embargo, España se retiró en 1975 sin haber llevado a cabo dicho referendo y Marruecos se anexó el Sahara Occidental y alentó a miles de marroquíes a establecerse allí.

En noviembre de 1975, 350.000 marroquíes cruzaron la frontera en la llamada Marcha Verde para presionar por la reivindicación del reino.

Por su parte, el Frente Polisario proclamó en febrero de 1976 la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y durante 16 años mantuvo choques armados con Marruecos por la soberanía de la zona.

Hasta 1991, cuando se llegó a una tregua negociada con la ONU con la promesa de un referendo.

La relativa calma se mantuvo hasta noviembre de 2020, cuando se presentó una incursión de tropas marroquíes en el paso fronterizo de Guerguerat, una zona desmilitarizada que separa Mauritania de las zonas controladas por Marruecos.

Entonces, el Frente Polisario consideró que se había roto el acuerdo de alto el fuego suscrito.

En la frontera de Marruecos con la vecina Argelia se hallan entre 100.000 y 200.000 refugiados saharauis que viven en condiciones precarias en campamentos alrededor de la ciudad desértica argelina de Tinduf.

Naciones Unidas considera el Sahara Occidental como un territorio no autogobernado, pero reconoce su derecho a llevar a cabo un referendo de autodeterminación.

 

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