En Oaxaca, Guerrero y Nayarit incrementó la pobreza laboral

Redacción

Hay más hogares cuyo ingreso laboral les permitió alimentar a todos sus miembros, sin necesidad de otras fuentes de recursos, como las remesas, las transferencias o programas sociales. Sin embargo, siguen siendo menos que antes de la pandemia de Covid-19.

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) dio a conocer ayer que la población con un ingreso laboral inferior al valor de la canasta alimentaria disminuyó a 38.5% entre abril y junio, luego de haber registrado una tasa de 39.4% entre enero y marzo de este año.

Entre los factores que explican la disminución de la pobreza laboral se encuentran los mejores salarios y la recuperación de empleos, de acuerdo con el organismo que encabeza José Nabor Cruz.

La pobreza laboral cayó principalmente en las zonas rurales del país, donde pasó de 48.9% a 47.9%, mientras que en las ciudades se redujo de 36.4% a 35.5%.

Los tres estados de la República que tuvieron una disminución en la pobreza laboral fueron Hidalgo, Quintana Roo y Baja California.

En contraste, las tres entidades que presentaron un aumento fueron Oaxaca, Guerrero y Nayarit.

El Coneval destacó que la población más necesitada tuvo la mayor mejora en sus ingresos, lo que permitió reducir la desigualdad en el país, según el coeficiente de Gini. Sin embargo, los trabajadores que viven en municipios no indígenas siguen ganando el doble que aquellos que habitan en localidades con esta población.

A pesar de la mejora, el consejo reveló que la pobreza laboral sigue siendo mayor que antes de la crisis sanitaria, puesto que la tasa de 38.5% registrada entre abril y junio supera a la observada en los primeros tres meses del año pasado, la cual fue de 35.6%.

A principios de este mes, el Coneval dio a conocer que la población en México en situación de pobreza pasó de 51.9 millones de personas en 2018, a 55.7 millones en 2020, siendo Quintana Roo y Baja California Sur los dos estados donde más aumentaron las carencias.

Las analistas de CitiBanamex Myriam Rubalcava y Guillermina Rodríguez destacaron que los mayores aumentos de programas gubernamentales entre 2018 y 2020 se ubicaron en los hogares de ingresos más altos, al tiempo que hacia la población más pobre hubo disminución, “evidenciando que la universalización no ha privilegiado necesariamente a los más necesitados”.

Entre abril y junio, el Coneval destacó que el costo de las canastas alimentarias tuvo aumentos superiores a la inflación general.

La inflación ha confirmado en el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador por qué es considerada como el impuesto de los pobres, pues han sido los más afectados.

Del 1 de diciembre de 2018 al 31 de julio de 2021, es decir, en los primeros 32 meses de la autollamada Cuarta Transformación, la inflación general acumulada ha sido de 11.1%.

Esta tasa es mayor que en el mismo periodo del gobierno de Enrique Peña Nieto, cuando el país sumó una inflación de 8.5% del 1 de diciembre de 2012 al 31 de julio de 2015, de acuerdo con el Índice Nacional de Precios al Consumidor del Inegi.

Con Felipe Calderón, los precios al consumidor subieron 12.9% durante el lapso similar, mientras que con Vicente Fox Quesada la inflación acumuló una tasa de 13.1%.

En lo que va del actual gobierno, los alimentos se han encarecido 16.8%; la ropa, 5.8%; el uso de vivienda, 6.9%; los muebles y aparatos domésticos, 5.8%, y los medicamentos y servicios médicos, 12.8%.

Durante los primeros 32 meses de la administración peñista, estos productos y servicios subieron en una menor magnitud: 11.0%, 3.8%, 6.1%, 1.3% y 11.2%, en ese orden, de acuerdo con los muestreos históricos del Inegi.

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