Oumuamua, el asteroide que podría ser una nave alienígena

Redacción

La capacidad tecnológica humana de escrutar el cosmos está creciendo a niveles tan altos que ya comienza a ser plausible intentar ir un poco más allá de la búsqueda de señales inteligentes extraterrestres (SETI), que está limitada esencialmente a buscar pautas artificiales en emisiones de ondas del espectro electromagnético. El nuevo campo de búsqueda se centraría en buscar pautas artificiales en cuerpos físicos, a fin de discernir si el origen de tales cuerpos extraños o de algunas de sus estructuras es artificial.

Un ejemplo del tipo de trabajo al que se enfrentará esta clase de investigación se tuvo con la visita a nuestro sistema solar del asteroide interestelar Oumuamua, un objeto del todo inusual. Finalmente se confirmó que se trata de un cuerpo natural, pero la ciencia tuvo que enfrentarse a una situación desconcertante y compleja, para la que pocos investigadores estaban preparados. Las observaciones astronómicas revelaron características de Oumuamua tan extrañas que desafiaban todas las explicaciones convencionales. Eso situó a la comunidad científica ante el dilema de poder justificar la existencia de Oumuamua recurriendo exclusivamente a explicaciones que implicaban fenómenos naturales nunca antes vistos, o bien especular con la posibilidad remota de que Oumuamua fuese una antigua nave alienígena u otro objeto artificial extraterrestre, recubierto por el polvo cósmico acumulado durante muchísimo tiempo.

Un grupo de científicos ha decidido poner en marcha una iniciativa multiinstitucional e internacional para realizar investigaciones de este tipo y acumular experiencia. Esta iniciativa, el proyecto Galileo, la dirige el profesor Avi Loeb, de la Universidad Harvard en Estados Unidos, quien es conocido también por la gran popularidad que han logrado sus libros sobre los agujeros negros, las primeras estrellas, la búsqueda de vida extraterrestre y el futuro del universo.

Loeb también ha estado colaborando últimamente en el diseño preliminar de un observatorio de ondas gravitacionales que estaría situado en la Luna, el GLOC.

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