Alonso Camarillo

De acuerdo con el estudio “Nombrarlas para encontrarlas. Contexto, dinámicas y respuestas en torno a la desaparición de mujeres en el centro de México”, elaborado por la organización Flacso y el Observatorio para sobre Desaparición e Impunidad, en Tlaxcala el 61.5 por ciento de desapariciones en Tlaxcala ocurrieron en cinco municipios desde 2015 a 2020.

Dicho análisis señala que Tlaxcala, Apizaco, Chiautempan y San Pablo del Monte registraron por lo menos 12.8 por ciento de desapariciones por municipio, seguidos por Contla de Juan Cuamatzi y Papalotla de Xicohténcatl con el 5.1 por ciento respectivamente.

Asimismo, se dio a conocer que Tlaxcala, en conjunto con Estado de México, Morelos y Puebla, es decir, la región metropolitana del Valle de México: “concentran 36 por ciento del total de mujeres desaparecidas, no localizadas y localizadas del país”.

El documento señala además que se reunió información secundaria que remite a municipios como Tenancingo donde: “opera una poderosa red de trata; Ecatepec en el Estado de México, que destaca por la incidencia del feminicidio, pero también otros en los cuales las actividades de huachicol influyen en las dinámicas de violencia contra las mujeres”.

Asimismo, señala que, de acuerdo a la incidencia de delitos considerados durante 2015 a 2020 en Tlaxcala, el homicidio doloso y la violación son los que tienen mayor incidencia, con el 49 y el 26 por ciento de presencia en el estado, seguido por delitos de abuso sexual con el 15 por ciento.

Lo anterior sumado a que la trata de personas es el cuarto delito de mayor incidencia, coincidiendo con la información secundaria que describe a la entidad como un territorio con fuertes redes de trata de mujeres para explotación sexual concentrado en Tenancingo.

De las personas desaparecidas el rango de edad más común en mujeres son los 21 años mientras que en hombres en su mayoría tienen un rango de 35 años de edad, así como durante este período se detectaron 44 desapariciones de hombres de nacionalidad mexicana y dos colombianos; contra 37 mujeres de las cuales dos eran norteamericanas entre personas desaparecidas localizadas y no localizadas.

De estas, a su vez 29 hombres y 17 mujeres no fueron localizados.

El estudio recalca que Tlaxcala es uno de los epicentros de la trata de personas a nivel nacional e incluso internacional, así como sus perpetradores se caracterizan por pertenecer a redes pequeñas, de carácter familiar: “que captan a mujeres a partir de relaciones sentimentales para luego explotarlas sexualmente en México y en Estados Unidos”.

Así cómo recalca que: “Nombres de familias como “Rojas Romero” y “Carreto Valencia” son investigados desde hace, al menos, veinte años por autoridades en México y Estados Unidos”.

Sumado a que actúan en diversos estados vinculados a bares, hoteles, moteles y casas particulares que funcionan como sitios de destino y resguardo de las víctimas que son captadas en la entidad.

Las desapariciones, también están vinculadas a secuestros extorsivos operadas por bandas asentadas en la entidad las cuales actúan en diferentes zonas: “principalmente en la frontera con Puebla y Veracruz, que también coincide con lo que se conoce como el corredor de Trata Puebla-Tlaxcala. En un contexto de marcada impunidad, las dinámicas delictivas se han extendido en la región en los últimos años”, declaran las organizaciones investigadoras.