Rogelio Sánchez
A poco más de cinco meses de ingresar la nueva administración en Apizaco, encabezada por Pablo Badillo Sánchez, el Albergue de Migrantes “La Sagrada Familia”, ha sido ignorado por la administración por la falta de programas y atención a quienes diariamente llegan buscando refugio para continuar su camino hacia la frontera.
Luego de que el informe “Vidas en contención: privación de la libertad y violaciones a derechos humanos en estaciones migratorias de Puebla y Tlaxcala 2020-2021”, diera testimonio de los casos de abuso, discriminación y hacinamiento en la estación migratoria del Instituto Nacional de Migración (INM), se esperaba un trabajo en conjunto con el gobierno apizaquense y las autoridades federales para mejorar los servicios y la atención de personas migrantes.
No obstante, hasta la fecha no se han conocido planes o programas de apoyo para migrantes, así como tampoco ha realizado cursos de concientización y capacitación en protocolos cuidado de la población en trayecto.
Esto a pesar de que se han documentado casos de la participación de la policía municipal en operativos de detención de personas a bordo de “La Bestia”.
Cabe destacar que el Albergue “La Sagrada Familia”, localizado en Colonia Ferrocarrilera de la demarcación rielera, ha continuado sus labores sin apoyo por parte de la autoridad municipal desde hace varios años, sobreviviendo de las aportaciones ciudadanas como alimentos enlatados y ropa abrigadora en épocas de frío.
Incluso instituciones como la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), e incluso el Instituto de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales de Tlaxcala (IAIPTlax), además de Cruz Roja Internacional han participado con actividades informativas hacia los migrantes.
En cambio, el Ayuntamiento apizaquense ha sido omiso en participar de la mano con el presbítero Elías Dávila Espinoza, principal representante de “La Sagrada Familia”, para la defensa de los derechos humanos de los migrantes.
