Biogás para una calefacción sostenible

Redacción

Ante los constantes problemas que los combustibles de origen fósil van a ocasionar, por su cada vez mayor escasez, el alza de los precios y la inseguridad del suministro, es lógico mirar hacia las energías renovables. A esto se suma el problema de depender de una sola o muy pocas fuentes de energía.

Por eso deberíamos hacer una buena diversificación de las fuentes y pensar muy seriamente en aquellas energías que podemos generar nosotros mismos, una forma de depender menos de otros países y abaratar el coste energético. Es por ello que la energía eólica, las instalaciones de paneles fotovoltaicos y la biomasa juegan a favor de España.

¿Qué es el biogás y como se genera?

El biogás es un combustible gaseoso que ha existido desde el origen de la vida en la tierra. El biogás es una mezcla de metano, CO2, oxígeno y nitrógeno, generándose por la descomposición de los restos vegetales y animales, de modo similar al petróleo y el gas natural.

No obstante, al biogás se le considera como renovable, pues se genera de los desechos actuales, con lo que el ciclo del carbono es mucho más corto. Es decir, no tienen que pasar millones de años desde que los restos orgánicos se convierten en gas, este se consume en calderas y el dióxido de carbono es reciclado por los árboles y plantas. Es realidad, es un ciclo que se renueva en uno o pocos años.

¿Sabías que el biogás es el combustible alternativo que más potencial tiene en Europa? A pesar de ello, no fue hasta la crisis del petróleo de los años 70 que se consideró la posibilidad de aprovechar los lodos de las depuradoras y el metano que se produce en la depuración de las aguas. Hoy en día se trabaja para mejorar el proceso de producción a partir del reciclaje o tratamiento de los desechos.

En las plantas de biogás se pueden procesar tanto los desechos agrícolas, como las excretas de animales, desperdicios de la industria alimentaria y por supuesto la parte orgánica de nuestras basuras.

Biogás para calefacción

El biogás es considerado una fuente de energía renovable. Tiene la gran ventaja de poder usarse en cualquiera de las grandes aplicaciones energéticas: generación eléctrica, en procesos térmicos industriales o como combustible. Al ser un gas, puede canalizarse hasta los puntos de consumo, tanto para su uso directo en una caldera adaptada al biogás como incluso inyectarse en las infraestructuras de gas natural existentes. Para este último uso debe realizarse una purificación previa hasta conseguir biometano.

Hoy en día aún hay poca variedad de calderas de calefacción domésticas que estén adaptadas al biogás. Por eso, es básicamente aprovechado a nivel industrial en las propias plantas de tratamiento de cereales. También se utiliza para calefacción en explotaciones ganaderas o invernaderos, en las productoras de bebidas a base de cereales, o de caña de azúcar.

Por desgracia es aún un sector que da sus primeros pasos y su empleo como fuente de calefacción aún es muy limitado. Por un lado, debido a las pocas plantas de biogás, cuya producción queda muy limitada y localizada, motivo por el que el desarrollo de soluciones para su uso se centra en los propios centros donde se genera el biogás o en los alrededores.

Pero si nos centramos en la energía biogás como fuente de calefacción, su utilización tampoco está muy extendida. Esto a pesar de que una vez obtenido el biogás se puede emplear como cualquier otro combustible para la generación de calefacción, bien usándolo directamente como combustible en nuestro hogar, bien generando electricidad y aprovechando dicha electricidad para la calefacción.

A este respecto ya hay algunas empresas que ha desarrollado calderas para su utilización. Por ejemplo, el Grupo Bosch dispone de una gama de calderas de vapor que se puede adaptar para el empleo de biogás. Desgraciadamente, son calderas de gran tamaño destinadas a procesos industriales.

Por su parte, el fabricante Buderus ha desarrollado unidades de producción combinada de calor y electricidad a partir de biogás. La generación eléctrica está basada en el principio de cogeneración. No obstante, en muchas calderas actuales se puede usar el biogás, con algunas modificaciones en su quemador.

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